PROCREAR, ASCENDER, ATINAR
Crecer y multiplicarse es el orden natural de las cosas. Desde que la pobreza absoluta fue derrotada en los 90s como principal problema global, el mandato humano es procrear (absolutamente) ascender (relativamente) y sobre todo atinar (estructuralmente). PROCR-AS-TINAR es el único impedimento que tenemos, cuando no completamos y diferimos el PROCREAR, ASCENDER Y ATINAR: La Procrastinación viene del latin procrastinare, e implica diferir ó aplazar la procreación, el ascenso, o el atinar profesionalmente. Hay tres signos que nos indican que estamos difiriendo o aplazando tareas, procesos y resultados: Generamos incomodidad en nosotros mismos y en nuestras contrapartes. Nos mantenemos ocupados, pero no cumpliendo con compromisos pactados Al no llegar a resultados, nos justificamos, o nos sentimos felices si llega alguna justificación por gracia de terceros. Pensar en la familia es algo que crea comodidad. Mientras más nos alejamos de la familia, más incómodos estamos y más procrastinamos, pues no tenemos incentivos reales por los cuales luchar. Alimentar una mascota o regar y cuidar una planta, o solo preocuparnos de nosotros mismos, no genera suficientes incentivos para ocuparnos en ascender. Procrear es la clave para dar el paso intermedio que nos permite llegar a atinar: ascender. El ascender implica una profesión, una ocupación, y durante muchos siglos fue la justificación con la cual las personas se enfocaron humanamente en obtener resultados, quedando como algo mal visto el colocar excusas y dar justificaciones. Si usted siente que no está atinando, y no está obteniendo resultados, es posible que necesite enfocarse en ocupar su tiempo libre en ascender en términos de metas, y lo mejor para ello, es casarse, adoptar, tener hijos, o ser parte de un grupo profesional con el cual pueda crear. El "home-office" está interrumpiendo el proceso de creación (la procreación). Los modelos híbridos de trabajo están comenzando a retroceder, al no poderse observar con claridad las rutas de ascenso y dificultarse la medición de metas concretas en tiempos de crisis post-pandemia: Según Diario Financiero, en Agosto de 2022, tras el fin de la pandemia, solo 5% de los trabajadores asalariados siguieron desempeñándose bajo esquemas remotos. El país necesitaba dejar atrás la procrastinación impulsada por las élites, y se puso a procrear: productos, reuniones, ascender en ventas, y atinar en resultados. El Índice Mensual de Actividad Económica creció de la mano del ejercicio de las profesiones en ascenso, atinando a lograr resultados medibles positivos: Es ascenso de la actividad, medida de forma desestacionalizada llevó a que durante el 2022 la actividad económica supere en 20% aquella observada en 2013, hace 10 años. De atinar con esto a una tasa de crecimiento de 20% en 10 años, se tendría una tasa de crecimiento de 2% anual promedio, con lo cual, el ingreso del país se podría duplicar en 35 años. En Abril de 2022, se esperaba que Chile creciera 1.5% anual en 2022, y luego 0.5% anual en 2023, usando proyecciones del Fondo Monetario Internacional. Claramente, la procreación llevaba a poder ascender y atinar hacia un PIB per cápita de 30 mil dólares per cápita para el 2024, pero no alcanzaba para seguir un proceso de convergencia con otros países con los cuales Chile históricamente ha querido competir, como Francia y Reino Unido ("Talca, París y Londres", dixit). Lastimosamente, la procrastinación parece que ha ganado en Chile: Al final de cuentas, no basta con vacacionar, ni con teletrabajar, ni con ser modernos, sino que se requiere procrear, tener incentivos, ascender, como hacen los países desarrollados, y claro, atinar a no parar en el crecimiento.