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Foto del escritorRoberto Salazar (*)

VEINTE REFLEXIONES PARA CHILE Y SU HEXAGONO DE GOBERNANZA DE CARA AL 2030: UNA MIRADA DESDE SPINOZA.



Partimos por una transcripción del Artículo "Spinoza o cómo salvar la democracia" (FRÉDÉRIC LENOIR, 2019) publicado el de 12 FEB 2019 en "El País" de España.

Dicho artículo deslumbra al darnos luz desde el gran pensador del siglo XVII, que analizó "el peligro que plantea la falta de racionalidad de los seres humanos, y el riesgo que lleva consigo el dejarse llevar por la emoción, que nos puede llegar a hacer votar por demagogos".


Spinoza o cómo salvar la democracia


"Pacto social, democracia, laicidad, igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, libertad de creencia y de expresión: Spinoza es el padre de nuestra modernidad política.

Un siglo antes que Voltaire y Kant, e incluso algunos decenios antes que Locke, que publica su notable Carta sobre la tolerancia en 1689, es el primer teórico de la separación de los poderes político y religioso y el primer pensador moderno de nuestras democracias liberales. Pero en lo que me parece más moderno que nosotros es en que percibió perfectamente, cuando todavía no existían siquiera, los límites de nuestras democracias: la falta de racionalidad de los individuos, que, al continuar siendo esclavos de sus pasiones, seguirán la ley más por miedo al castigo que por una adhesión profunda.

Pero si la “obediencia exterior” es más fuerte que “la actividad espiritual interna”, usando sus propias expresiones, nuestras democracias se arriesgan a debilitarse. Por eso recuerda la importancia crucial de la educación de los ciudadanos, la cual no debe limitarse a la adquisición de conocimientos generales, sino también a la enseñanza de la convivencia, la ciudadanía, el conocimiento de sí mismos y el desarrollo de la razón.

Después de Montaigne, que abogaba por una educación que consiguiera cabezas “bien hechas” más que cabezas “bien llenas”, Spinoza sabe que cuanto más capaces sean los individuos de adquirir un juicio seguro que les ayude a discernir lo que es bueno de verdad para ellos (lo que llama “la utilidad propia”), más útiles serán a los demás como ciudadanos responsables. Todo el pensamiento de Spinoza reposa, de hecho, en la idea de que será más fácil que un individuo se ponga de acuerdo con los demás si primero lo está consigo mismo. O dicho de otra manera: nuestras democracias serán sólidas, vigorosas y fervientes si los individuos que las componen son capaces de dominar sus pasiones tristes (el miedo, la cólera, el resentimiento, la envidia…) y conducen su existencia siguiendo la razón. Aunque no se diga explícitamente, también se da a entender que los ciudadanos, movidos más por sus emociones que por su razón, podrán elegir a dictadores o demagogos. ¿Acaso no se escogió a Hitler de la manera más democrática del mundo, a causa del resentimiento del pueblo alemán tras la humillación del Tratado de Versalles? ¿Acaso Donald Trump no ha entrado en la Casa Blanca debido a la cólera y el miedo de una mayoría de norteamericanos? Spinoza comprendió, tres siglos antes de Gandhi, que la verdadera revolución es interior y que es transformándose uno mismo como se cambia el mundo. Ese es el motivo por el cual se pasó 15 años escribiendo la Ética, su gran obra, un libro de conocimiento de las leyes del mundo y de los hombres, pero también una guía de transformación de nosotros mismos, con el fin de conducirnos hacia la sabiduría y la felicidad últimas.(…) Mediante un formidable trabajo de observación de sí mismo y sus semejantes, Spinoza quiere elaborar una verdadera ciencia de los afectos. Plantea tres sentimientos de base, de los cuales surgen todos los demás: el deseo, que expresa nuestro esfuerzo por perseverar en nuestro ser; la alegría, que permite el aumento de nuestra capacidad de actuar, y la tristeza, que disminuye esta última facultad. A continuación, intenta comprender cómo nacen y se componen los otros afectos a partir de esos tres sentimientos fundamentales. Todos los afectos son expresiones particulares del deseo, y serán una modalidad de la alegría si aumentan nuestra capacidad de obrar, o de la tristeza si la disminuyen. Así, Spinoza empieza por definir una serie de afectos que asocian deseo, alegría y tristeza, según unos objetos dados. El amor, que se basa en el deseo, tiene por objeto una cosa o una persona, y constituye una alegría en la medida en que la idea que tenemos de ese objeto aumenta nuestra capacidad de obrar (lo mismo que, como hemos visto antes, esa alegría podía transformarse en tristeza si ese amor se basaba en una idea inadecuada).

Por el contrario, el odio tiene por objeto un ser cuya idea disminuye nuestra capacidad de actuar y nos sumerge en la tristeza. Por eso Spinoza define el amor como “una alegría que acompaña la idea de una causa exterior” y el odio como “una tristeza que acompaña la idea de una causa exterior”. Según la misma lógica, define la satisfacción interior como “la alegría que acompaña la idea de una causa interior” y los remordimientos como “la tristeza que acompaña la idea de una causa interior”.

Esas definiciones a partir de los objetos van volviéndose más complejas, hasta el infinito, a medida que entran en funcionamiento otros mecanismos, como la temporalidad, la asociación o la identificación. Así, Spinoza define la esperanza como “una alegría inconstante, nacida de la idea de una cosa futura o pasada, cuyo resultado nos parece dudoso en cierta medida”, y el temor como “la tristeza inconstante, nacida de la idea de una cosa futura o pasada, cuyo resultado nos parece dudoso en cierta medida”.

Igualmente, define el sentimiento de seguridad como “la alegría que nace de la idea de una cosa futura o pasada a propósito de la cual ya no hay motivos para dudar” y la desesperación como “la tristeza que nace de la idea de una cosa futura o pasada a propósito de la cual ya no hay motivos para dudar”. O incluso, refiriéndose más bien al mecanismo de identificación, define la lástima como “la tristeza acompañada de la idea de un mal que acontece a otro que imaginamos semejante a nosotros” o la indignación como el “odio hacia aquel que hace daño a los demás”. Los mecanismos de identificación y de similitud son esenciales para la comprensión de los afectos, nos dice Spinoza, ya que somos dados por naturaleza a compararnos con los demás. Los sentimientos más sencillos de amor y de odio, por ejemplo, toman numerosas formas más complejas cuando interactúan con la comparación que nosotros establecemos entre nosotros mismos y los demás.

Así, los celos de la felicidad de los demás nacen de la frustración de no poder compartir su alegría, en tanto que los otros poseen el objeto en exclusividad. Mucho antes que René Girard, Spinoza subrayó la importancia del deseo mimético: deseo una cosa o una persona porque otro la posee. Pero esos mecanismos que producen nuestros afectos a menudo nos resultan oscuros: no tenemos conciencia de las causas profundas que hacen que seamos celosos, amantes, odiosos, misericordiosos o desesperados. Sufrimos nuestra afectividad, cuando sería necesario afirmarla.(…) Ahí es donde Spinoza nos sorprende una vez más: la razón, como la voluntad, no basta para hacernos cambiar, afirma. El motor del cambio es el deseo". (1)

CHILE Y SU DESEO DE CAMBIO


Ayer cerraron las campañas de los candidatos a Presidente de Chile.


Hay 4 que ameritan pensarles como potenciales ganadores.


A la luz del pensamiento de Spinoza y el artículo transcrito, les dedico personalmente los puntos positivos y negativos que veo política, ambiental, cultural, económica y socialmente en cada uno.


Llego así a una conclusión de balance, uno por uno, para completar 5 puntos, entre fuertes, débiles y decisivos, para cada uno de los cuatro principales, para llegar a las veinte reflexiones para el futuro de Chile representados por la realidad observada durante esta campaña en Yasna Provoste, Sebastián Sichel, Gabriel Boric y José Antonio Kast.


Antes de hacer dicho ejercicio, me gustaría explicar el descarte de Artés, Enriquez-Ominami y Paris: es altamente improbable que lleguen a pasar al balotaje, al tener entre 1% a 10% de preferencias de los electores, por lo que no alcanzarían un 20% paretiano para considerarse alternativas relevantes.



5x1: Yasna Provoste


- POLITICA: La indefinición y el rezago en las decisiones ha marcado a la baja su liderazgo

- AMBIENTE: Arrastra pasivos fruto de la gestión de su grupo durante los últimos lustros

+ CULTURA: Posee activos en su historia personal y por ser la única mujer en campaña

+ ECONOMÍA: Posee activos fruto de la gestión de su grupo durante los últimos lustros

- SOCIEDAD: El desbalance de su grupo la dejó socialmente descolocada en su campaña



5x2: Sebastián Sichel


- POLITICA: Ser el incumbente le dejó mal posicionado, al partir de inicio con carga negativa

- AMBIENTE: El caso Dominga y la acusación al presidente de su gobierno le pasará factura

- CULTURA: No logró ganarse el respeto de la cultura dominante hacia su historia de méritos

+ ECONOMÍA: Posee una excelente propuesta económica, pero no logró darle identidad

- SOCIEDAD: La crisis política, social y económica piden liderazgo definido y radicalidad



5x3: Gabriel Boric


- POLITICA: Su alianza de base con el Partido Comunista le merma votos de partida

+ AMBIENTE: Su juventud e identificación natural con la causa ambiental le brinda voto

+ CULTURA: Su opción ideológica por la cultura le permite ganar riqueza para su opción

- ECONOMÍA: Su mundo le cerca y le impide quitarse de encima cargas y roces innecesarios

+ SOCIEDAD: Su opción de diálogo abre un espacio para el diálogo por mérito personal



5x4: José Antonio Kast


+ POLITICA: Su toma de posición fuerte para dar voz al miedo de las mayorías fue acertada

- AMBIENTE: Su mundo le cerca y le impide quitarse de encima cargas y roces innecesarios

+ CULTURA: La protección y defensa de la tradición de libertad de culto pesan en positivo

+ ECONOMÍA: Posee una excelente propuesta económica, pero no logró darle identidad

+ SOCIEDAD: El Escudo de Armas de Chile menta: "POR LA RAZÓN O LA FUERZA"



PACES 20/20: Conclusión Final


Hoy Viernes y mañana Sábado, son días de reflexión final.


Con honestidad intelectual se ha tratado de mirar desde una perspectiva no racional, sino emocional, el ADN@+ y el ADN@- de cada candidato.


El artículo transcrito con respecto a Spinoza nos deja luz sobre aquello que nos emocionará o no a la hora de decidir ir a votar, o a la hora e sufragar efectivamente, en la soledad de la urna.


Allí repasaremos nuestros sentimientos en lo interno, y miraremos nuestras 20 reflexiones con las que viviremos de cara al 2030.


Pensando en lo de fondo: este artículo es muy personal, pero presenta un ejercicio que es lo esperado para cada uno de quienes lo hacemos al escribirlo o al leerlo, pues debemos definirnos en lo político, ambiental, cultural, económico y social, que son los componentes del diálogo público.


Baruc Spinoza, en su "Tratado Político" decía que la Democracia es un buen sistema, pero "tiene el defecto de llevar la mediocridad al poder", hasta agotar desde lo estatal, a las mayorías. La mediocridad requiere una tiranía, como forma de terminar con el caos.


En mi caso personal, tras haber vivido el caos en mi país de origen (Ecuador) y mirar con miedo la posibilidad de una tiranía de izquierda como la que durante 10 años gobernó mi país, confieso que me da un poco de envidia, desde Santiago, lo que ocurre en lo político en Quito, donde se comienza a recuperar el país de las manos de las mafias:



En Ecuador se están comenzando a decir las verdades: esas que permiten evaluar la previa a la revolución, la revolución en sí misma, y la involución posterior:



Si alguien me hubiera dicho con claridad lo que venía, como la coloco yo en este artículo, quizá no habría sido yo tan flexible a la hora de depositar mi voto.


En el tiempo en que me tocó elegir entre Rafael Correa y Alvaro Noboa, en Ecuador, dejé la papeleta en blanco, pensando que era impensable que un Economista con PhD pudiera llegar a destruir mi país: en mi alegría por tener un país dolarizado que iba para arriba, le dejé en blanco la opción de darle "el beneficio de la duda".


Los dos videos que comparto son la realidad de Ecuador: esa realidad que hoy está cambiando Guillermo Lasso.


Hoy, en Chile, no tengo dudas: voy por recuperar lo que antaño tenía en mi corazón con alegría y emoción, cada vez que regresaba a Chile, y fue lo que me motivó a radicarme en mi hermoso "País de la Estrella Solitaria": donde vi el mayor milagro que uno puede tener como padre: el nacimiento de su primogénita.


Este Domingo votaré por quien en mi caso tiene más pros que cons: sin miedo, atreviéndome a votar por la derecha - derecha. Lo haré así para que no haya ninguna posibilidad de ver a futuro videos como los que he compartido. Votaré con un sentido patriótico, en un país que lo siento totalmente en mi alma: votaré por un Chile que pueda verse de frente a sí mismo, sin depender del estado para todo, caminando de frente y con la cara alzada hacia lo privado, en uso de la propia libertad de cada uno, creando sociedad civil en el clamor general, afincándonos en el servicio y la vida junto a nuestras comunidades de base en su riqueza total y particular, escuchándonos desde las redes, la academia y los medios, como espacios libérrimos, y por supuesto, apuntando a volver a ser referentes de lo global abierto y sostenible, como mira y destino.


(*) Roberto F. Salazar-Córdova, Hexagon Group / Editor ADN@+

 

(1) Frédéric Lenoir es filósofo, investigador en la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París y autor traducido a 20 idiomas. Este texto es un extracto de su último libro, ‘El milagro Spinoza’, que publica la editorial Ariel el 12 de febrero.Traducción de Ana Herrera.


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