Durante la Década: 2007-2017 principalmente, y hasta la fecha, el único país del Pacífico Sud-Americano que pasó por una revolución "ciudadana" como la que se impulsa en las calles de Colombia, en los palcos de Perú, y en la constituyente de Chile, fue Ecuador. Los datos muestran una brecha de rezago estructural no resuelto frente a lo actuado hasta 2017 por los vecinos de playa, de -14% (-1.4% anual):
A la luz del análisis de Salazar (2021), ciertamente, Ecuador no sufrió una transformación que lo coloque en un "buen vivir" comparativamente superior, durante la década 2007 a 2017, con respecto a los países del Pacífico Sur de América. La brecha ponderada con Colombia fue de 6.5% en contra de Ecuador, de 17.2% con Perú, igualmente en contra de Ecuador, y de 18.4% con Chile, lo mismo, en desmedro de Ecuador.
Si la evidencia de lo ocurrido en Ecuador es clara, y su rezago promedio frente a los países analizados llega a un 14% negativo, la pregunta a hacer es: ¿Por qué las sociedades de Colombia, Perú, y Chile, siguen eligiendo un camino que más que de revolución, puede ser el de una involución?
Afortunadamente, Ecuador aparece hoy como un país que merced a su fortaleza para hacer las PACES (política, ambiental, cultural, económica y socialmente hablando), espera recuperar el tiempo perdido a través de la construcción de un país de encuentros, en el cual se pueda disentir, no se tenga sobre-representación de autoridades de estado, ni se cierre la economía, no se sesgue ideológicamente las aperturas, y se desarrolle la capacidad productiva de sus bienes y servicios, así como se potencie el capital humano y social existente en sus diversidades y territorios, sin luchas de clases, sino con cooperación de comunas y líderes autónomos y libres.
Esperamos que los vientos revolucionarios que soplan en el Pacífico Sur de América tomen en cuenta estos datos, que de seguro aniquilarán varios relatos.
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