La tecnología contribuye a generar una revolución positiva en términos de sostenibilidad; sin embargo, requiere regulación activa social y responsabilidad ciudadana corporativa para sacarle provecho más allá de los buenos o malos usos que puede tener en lo político, ambiental, cultural, económico y social.
BONDADES Y OPORTUNIDADES
Regulación Activa Social
La tecnología es una aliada muy relevante a la hora de la comunicación y el trabajo en redes. Diversas comunidades amazónicas y de pueblos indígenas la utilizan de forma intensa para comunicarse entre sí al pertenecer a nacionalidades y pueblos con cultura ancestral pero aislamiento geográfico natural. La comunicación entre ellas y con el mundo exterior ha permitido su participación en foros y espacios locales, nacionales y globales como nunca se ha visto antes, dándoles voz y visibilizando su realidad, y creando formas renovadas para causas diversas y empoderadas de regulación activa social, creando mayor y mejor influencia sobre autoridades y empresas, pudiendo denunciar mafias y malas prácticas institucionales, e incluso creando evidencia para ganar juicios que -en tiempos pasados- eran impensables a la hora de siquiera entablarlos.
Tecnología y Revolución Positiva en Sostenibilidad
El campo de la energía es posiblemente aquél en el que la tecnología ayuda de mejor manera. Las iniciativas “Waste2Energy” llevan la bandera a la hora de la descarbonización y la contribución a un planeta sustentable. Igualmente, en lo social, tecnologías de muy bajo costo son capaces de cubrir necesidades básicas insatisfechas, como por ejemplo, aquellas que permiten desalinizar el agua en ciudades costeras desérticas.
Responsabilidad Ciudadana Corporativa
La ventaja de la tecnología va más allá de la comunicación, pues su misma construcción matemática y fundamentada en algoritmos, empodera a la ciudadanía más allá de lo verbal y la capacidad de lecto-escritura, creando un apetito por el aprendizaje de codificación, matemática, cálculo y ramas de conocimiento científico ligadas a lo numérico, creando evidencia científica en lo social y procesándolos de forma en la cual los relatos sean reforzados por los datos.
Estos elementos son capaces de empoderar la voluntad de los ciudadanos y las corporaciones de modo de conducir hacia una responsabilidad voluntaria y menos forzada por normas, leyes y entidades estatales a la hora de asumir roles públicos y caminar en la política.
No se depende ya solamente de participar en elecciones, sino de participar en comités y talleres en los cuales se puede dialogar, acordar estrategias, pactar proyectos y construir cambios, sin necesidad de conflictividad y sin ceder el rol principal a políticos tradicionales o agentes secundarios muchas veces inhábiles para realizar gestiones de calidad con responsabilidad ciudadana.
PELIGROS Y AMENAZAS
Uso Político
De todas formas, la misma comunicación masiva y la emocionalidad a la que lleva el sentimiento de "causa compartida" que permite la tecnología, puede generar a su vez que la ciudadanía pueda quedar presa de noticias falsas, construidas con algoritmos desarrollados muchas veces con total intencionalidad, de modo de controlar psicológicamente la radicalización. Estas malas prácticas están siendo ya reguladas, pues en el pasado han sido capaces de lograr el voto con mayor probabilidad, conforme ya ha ocurrido en países desarrollados, creándose tendencias políticas desde la nada misma, conduciendo a liderazgos muchas veces desarraigados y ajenos, centrados en imágenes distorsionadas de la realidad.
Las tecnologías, mal utilizadas, como todo en la vida, pueden conducir a una captura del poder no necesariamente asociada al bien común sino abierta a manipulación de conciencias. Las tendencias, en esto, pueden tomar formas difíciles de prever y es necesario analizarlas en sus posibles consecuencias futuras.
Influencia Cultural
Una de las líneas de mayor preocupación a la hora de llevar los debates sobre la ciudadanía tecnológica está centrada en la creación de una cultura “pantalla”, en la cual la comunicación directa y verbal entre humanos y hogares sea reemplazada por el chat y la pantalla como medio permanente, bajo vigilancia de un “gran hermano” que observa y registra todo lo que se mueve y todo lo que se dice.
Las formas culturales pre-existentes y las dinámicas nuevas generadas llevan a un aprendizaje que muchas veces solo es comprendido por las mismas máquinas más que por los programadores y analistas de datos.
En ello, el crear espacios de racionalización grupal y talleres de análisis y estrategia, racionalización y creación de iniciativas y acciones positivas es una vacuna necesaria para evitar radicalización y refuerzo de tendencias a veces violentas que pueden venir de liderazgos extremos de la mano del mal uso de la tecnología, misma que a veces cobra vida propia y queda inter-conectada entre grupos radicales, inter-influenciados bajo inteligencia artificial que pueden conducir a la des-estructuración y quiebre institucional por el quiebre institucional, con nula inteligencia social, creando entonces relaciones cuasi-robóticas, muchas veces ausentes de control humano, como ya se ha visto en los trimestres pasados en todos los continentes.
Retos Ambientales
Un elemento que recientemente se ha puesto sobre el tapete es el relativo a la exploración de zonas que otrora, sin tecnología, eran difíciles de alcanzar para empresas y gobiernos, en antiguos santuarios de la naturaleza reverenciados ancestralmente, como lagos, mares, glaciares, zonas geológicas e incluso áreas protegidas.
La explotación minera y petrolera con métodos capaces de generar nuevas materias primas y fuentes de energía para aupar el consumo creciente de una población cada vez más abundante crean un reto ambiental ligado a la protección de recursos en zonas frágiles en lo ecológico.
La repetición de estas prácticas a través de los años y lustros ha llevado a una situación de saturación de los sistemas que regulan el clima, creando una época nueva (antropoceno) que levanta y requiere debates en torno a la forma de crear niveles óptimos de producción y consumo de recursos y productos.
El uso adecuado de la tecnología, sin transgredir los límites otrora naturales, es algo que hoy por hoy está fuera de entendimiento global y constituye un reto humano prioritario y de sobrevivencia como especie.
EL BALANCE
Mirando más allá de los tres pros y los tres cons antedichos, es posible sacar tres conclusiones positivas sobre nuevas tendencias:
Una Nueva Economía
En lo económico, la tecnología es capaz de crear bienestar y generar una mejor calidad de vida de forma masiva.
El mundo, como nunca antes, está creando nuevos productos y soluciones afines a los anhelos de las nuevas generaciones y de las viejas que quieren mirar a sus hijos y nietos en disfrute pleno de oportunidades y niveles de felicidad satisfactorias.
El desarrollo se está logrando en función no solo de bienes y servicios, sino de formas de relacionamiento asociadas a la conexión, con orgullo de pertenencia, y otros elementos materiales e inmateriales asociados al trabajo en redes, la propiedad de medios de trabajo y un sinfín de satisfactores que el mercado, en trabajo con las comunidades, bien pueden seguir proveyendo y procurándose sin necesidad de acudir al lento y anticuado estado del bienestar de los siglos pasados.
La evolución económica de la cuarta revolución industrial está pasando no solo por la mejor dotación de lo básico en la alimentación, sino también por su entrega de nuevas formas de bienes públicos en áreas diversas como la salud, la educación, la seguridad, el transporte y otros anhelos que hoy están más a la mano que antes, de formas más baratas y eficientes.
Es verdad que existen debates desde un viejo estado que sigue siendo necesario en su rol subsidiario y regulador, y esto no es trivial a la hora de tomar la voz de los grupos de denuncia. También es verdad que el viejo estado es necesario a la hora de organizar los proyectos de fondo común que necesitan una "casa de apuestas" (de desarrollo) a escala. La financiación tributaria podrá existir todavía por unos años más, pero cada vez más deberá evaluarse (constantemente) en términos de su eficiencia relativa.
Está, por tanto, creándose una dinámica de reducción potencial del tamaño del estado en favor de una dotación no solo empresarial, sino comunitaria, en red, mediada tecnológicamente, al ser la digitalización un fenómeno capaz de crear autonomías digitales naturales (un nuevo ADN) que pase por las personas inscritas en movimientos que les dan voz, salida, con @nombre y apellido, y les entregan sentido de pertenencia + positiva a un proceso propio, menos controlado, de nueva caminata política libertaria, liberal, de nuevo cuño, capaz de generar cambios profundos, duraderos y sostenibles como los que anhelan los seres humanos de todas las generaciones.
Una Nueva Sociedad
Humanamente hablando, los retos políticos, ambientales, culturales, económicos y sociales que impone la tecnología como factor principal de la producción en el mundo actual pasan por la mejor dotación de la capacidad empresarial como factor dominante no solo a nivel de líderes personales, sino comunitarios, urbanos y rurales.
Este liderazgo de nueva generación sigue creciendo a través de movimientos conscientes y responsables, que comparten el nuevo ADN@+ y son capaces de estructurar de forma ideológica (también) los proyectos de desarrollo, acelerando no solo las inversiones, sino los impactos, creando redes internacionales de trabajo y asociando capacidades de fondear iniciativas desde micro hasta macro inversores capaces de trabajar en conjunto de manera coordinada y asociada.
La clave está en ser capaces de cambiar la regulación en los países, de modo de permitir ya no solo las antiguas APPs (Alianzas Público-Privadas), sino el poder trabajar bajo Asocios Comunitario-Privados-Públicos (ACPPs) y Asocios Inter-Sectoriales (Cross-Sector Partnerships, CSPs).
Se contribuirá así, tecnológicamente, desde lógicas en las cuales el estado y el mercado no serán ya más las únicas alternativas de organización, sino que complementarán, con su peso justo y necesario, aquellas otras en las cuales las comunidades lideren, tecnológicamente esta vez, bajo formas de trabajo en redes sociales, de forma más descentralizada, vía incidencia en medios de comunicación.
El fondo y la forma dependerán del trabajo con la academia, las capacidades organizacionales no gubernamentales más creativas que desarrolle la vía sociedad civil, y el liderazgo capaz de llegar a generar -incluso- organismos internacionales de nueva generación.
Está previsto que, vía tecnología e inter-conexión, la humanidad está creando ya la aldea digital global que poco a poco es capaz de reemplazar no solo al viejo estado nacional, sino a los mismos viejos organismos internacionales otrora establecidos como formas secundarias de estatización supra-estaduales.
Una Nueva Política
La batalla a futuro no solo pasa por la economía y los derechos, sino por la legalidad del trabajo en red y la capacidad de deliberar en torno a una justicia más autónoma, descentralizada, interconectada sí, pero liberal, libertaria, socialmente responsable, voluntaria y empoderada.
En ello, la tecnología, vista a la luz de este artículo, más que un reto a regular desde el viejo estado, es una oportunidad a apropiarse desde el sentimiento y el corazón libre del eterno humano libre que todos llevamos dentro: su sed de rebeldía y auto-determinación para el buen ser y el bien servir.
Va llegando el tiempo de apuntar en comunidad hacia una nueva economía, más ética y más solidaria, menos estatal y más voluntaria, más orgánica, más efectiva, y más normal por ser más parecida a lo que son nuestras familias y hogares, como formas tradicionales no solo de propiedad de bienes en común, sino de funcionamiento en real solidaridad.
Fuentes:
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