Tras un ejercicio de Diálogo con líderes Hexagonales (del sector público, privado, tercer sector, academia, comunidades y organismos internacionales) se ha observado los siguientes dos resultados:
Se tiene confianza en la convergencia, misma que se la ve como algo normal, que va de muy bueno a excelente para el grupo reunido virtualmente para desarrollar el análisis para el caso de las elecciones de Ecuador.
A la hora de converger, políticamente hablando, se miran las siguientes posibilidades de liderazgo:
Tal como se ha venido dando, hay una convergencia de una derecha moderada con una derecha social y cristiana, que bien podría llegar a cubrir un 40% del gusto de convergencia como opción política, desde la derecha.
Si aquello convoca además a opciones demócrata-cristianas, se puede llegar a una mayoría de 50% más uno de los votos por la convergencia.
Del lado de la izquierda moderada y la social democracia se tiene una opción de un 33,3% del mismo gusto de convergencia política, desde la izquierda.
Si aquello convoca a opciones demócrata-cristianas, se puede llegar a un 40% suficiente para ganar en una primera vuelta en virtud de un pacto progresista de izquierda, social, democrático, moderado y cristiano.
Los grupos pro-derechos empatan en los extremos con los grupos pro-vida, sumando entre ambas colas cerca de un 5% del gusto por la convergencia, mostrando que en los debates atinentes posiblemente lo mejor que pueden hacer los pactos de derechas y de izquierdas es mantener el status quo.
La izquierda militante podría sumarse a la izquierda moderada y a la social democracia, pero no alcanzaría un 40%, por lo cual podría pasar quizá a una segunda vuelta como segunda opción, sin posibilidades de derrotar en primera vuelta a la derecha.
Lo cristiano y democrático tiene peso en este momento, según los líderes hexagonales.
Tómese en cuenta que existe casi un 7.7% de indecisión que también puede jugar en favor de equilibrios que pueden ser fundamentales en segunda vuelta.
Buscar el centro parece ser una buena receta, lo mismo que encontrarse en lo valórico, en Ecuador dejando un 10% militante (de izquierda y de grupos pro-derechos y pro-vida) como parte de un grupo de decisión minoritaria, al igual que otro grupo no definido que debe tomar una decisión llegando casi a un 20% entre estas dos colas, para definiciones quizá en segunda vuelta.
El trabajo de las derechas moderadas, al igual que el de las izquierdas moderadas, por conquistar el centro, bien puede llevar a que un pacto fiscal-social-productivo sea lo clave, como lo muestra el siguiente gráfico:
El gráfico muestra que el 80% tiene un acuerdo pro inversión de impacto productivo, competitivo y de sostenibilidad.
Parecería que opciones tributarias expansivas, extractivistas, creativas, y monetarias-bancarias no tiene gran cabida.
Quizá la derecha debe hacerse menos banquera y menos monetarista y más inversora, más social, lo mismo que la izquierda, pues para los primeros, lo fiscal restrictivo no añade valor en lo político, lo mismo que desde la izquierda, lo expansivo sumado a lo creativo no llegan a sumar frente a la fuerza cohesionadora de la inversión.
Quizá es tiempo de desarrollar proyectos y trabajar entre empresas y comunidades, autoridades locales y grupos en diálogo más que seguir insistiendo en lógicas confrontativas.
Roberto Salazar
HEXAGON GROUP
SEPTIEMBRE, 2020
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