En la Región Metropolitana de Santiago de Chile, este Domingo 13 de Junio de 2021, Claudio Orrego de la Democracia Cristiana, como partido prototipo del Centro a la Izquierda, esta vez con apoyo transversal de varios partido de izquierda a centro derecha, le ganó las elecciones a la alianza perdedora conformada por la nueva y antigua izquierda del Frente Amplio y el Partido Comunista, respectivamente.
El resultado es valioso, pues ésta es la primera competencia política en la historia del país en la cual los gobernadores eran elegidos y dejarían de ser autoridades meramente designadas. A la vez, se pierde un poco el brillo de la misma al ser ésta una elección con solo 19,62% de votantes: la menor participación en las votaciones voluntarias de Chile desde el retorno a la Democracia.
A pesar de lo anterior, ésta sigue siendo una votación histórica, no solo por lo antes anotado, sino porque el Centro-Centro (en política Chilena) volvió, luego de muchos años, a convocar nuevamente a diversos partidos de centro izquierda tras haber sido "vetados" por los perdedores de hoy; lo mismo, el centro-centro pudo convocar a votantes de centro derecha que fueran "castigados" con la derrota de sus partidos por el resto de ciudadanos en las elecciones pasadas.
Presentamos cuatro cuadros que analizaremos en su orden:
1) la votación histórica de la Democracia Cristiana en Vitacura, la comuna con más participación en la Región Metropolitana;
2) la votación de Vitacura comparada con la de la Región Metropolitana;
3) la votación de la Región Metropolitana con respecto al resto del país -en las regiones donde se votó en segunda vuelta para gobernadores- (13 de las 16, pues en 3 hubo ganadores en primera vuelta);
4) la votación por partidos.
Empecemos por la votación histórica y la de esta última jornada de la Democracia Cristiana desde la vuelta a la democracia, en Vitacura:
Claudio Orrego multiplicó por 4 sus votos de primera vuelta. Al caer la participación en el país de 6.47 a 2.56 millones de electores, su voto en Vitacura sobre el total nacional de votos pasó del 0,2% (comparable con lo logrado por Aylwin y Frei en la vuelta a la democracia y el siguiente gobierno posterior) a un 1,7%, valor que solo se explica por un aumento de votantes de derecha, al ser esta comuna una en la que tradicionalmente se impone dicho sector, como lo muestra el triunfo del "rechazo" con 2 de cada 3 votos en Vitacura, frente al resultado que dio el paso a la Asamblea Constituyente a nivel nacional, con 8 de cada 10 Chilenos votando por la opción ganadora del "apruebo":
Vitacura no es la comuna más grande del sector oriente, pero es aquella con mayor participación, conforme se observó en la elección de este 13 de Junio:
En este cuadro se ha seleccionado solo a aquellas comunas de la Región Metropolitana donde la participación superó el promedio de la región (son solo el 27% de las 52 comunas). Por población, La Florida ocupa el lugar 4 de 52, Las Condes el 5, Ñuñoa el 7, Peñalolén el 8, y Providencia el 9. San Miguel es la comuna 19, Macul la 22, La Reina la 25, Vitacura la 28, Lo Barnechea la 31, Huechuraba la 36, Pirque la 46, San José de Maipo la 48 y TilTil la 49.
Si en estas comunas la participación está por sobre la media, no es porque todas pertenezcan al "rechazo" (que ganó, en la Región Metropolitana, solo en Vitacura, Lo Barnechea y Las Condes), sino porque hay problemáticas territoriales que llevan a la participación de más de 1 de cada 4 votantes de cada comuna, o como en Vitacura, de 2 de cada 4 votantes.
Vemos que, de todos modos, en la Región Metropolitana, el tener 1 de cada 4 es mejor que lo visto en el resto de regiones del país, donde acudieron a votar solo 1 de cada 5 votantes:
Solo dos regiones superaron la media en este sentido: Los Ríos y Metropolitana, con 21.09% y 25.7%.
La Región Metropolitana de Santiago tuvo la mayor participación de Chile con un 25,7% comparado con el 19,62% de las 13 comunas donde 2.56 millones de habitantes votaron, del total de 13,04 millones de votantes habilitados.
Como ya se ha visto, dentro de la Región Metropolitana, Vitacura fue la comuna con mayor participación: la única que superó el 50%, al llegarse a 52,82% de votación.
El crecimiento de Orrego no solo se explica por las comunas del Oriente, sino por una votación transversal dentro de quienes participaron, así como por una notoria buena participación de su partido, que ganó el 100% de las elecciones de segunda vuelta de gobernadores en los que participó:
La Alianza de Gobierno (Chile Vamos) apenas ganó 1 de los 9 posibles triunfos que esperaba. La Unidad Constituyente (ex Concertación) ganó en cambio 8 de 11 posibles, con el aporte de 4 de 4 del Partido Demócrata Cristiano, así como el resultado de 3 de 3 posibles logrado por el Partido Socialista de Chile.
El único otro partido que ganó el 100% es el de independientes dentro de la alianza entre ecologistas e independientes, pero solo con 1 ganador de 1 finalista. El Partido Demócrata Cristiano, en cambio y como se ha dicho, se convirtío en el Partido más ganador, al triunfar en 4 finales de 4 posibles, lo cual es notorio, pues en otras comunas y regiones, la derecha de la Unión Demócrata Independiente perdió, en cambio 4 de cada 4 posibles.
QUÉ PASÓ Y QUÉ VIENE AHORA
Hay varios temas que pasan en el camino: votaciones en países vecinos que llaman la atención, votaciones por territorios nacionales diferentes (lo nacional no es igual a lo comunal, y aquello no es igual a lo regional), y acciones de los partidos políticos en cada momento y lugar, así como cambios en el ritmo de la pandemia, de igual forma que cambios en la economía y la sociedad en sí misma, según pasan los días, los eventos, y se forman expectativas.
Es curioso que las cosas políticas en Chile, América y el mundo cambian de una semana a otra, de tal forma que nadie que haya ganado pueda recibir una recomendación de pensar que su triunfo vaya a garantizarle nada permanente, salvo el cargo.
A Orrego, las encuestas le daban por perdedor; al final, ganó, y su discurso comenzó a escucharse tras muchos años, con una voz fresca que viene del pasado.
El poder y el dinero van y vienen como va y viene la salud, como avanza y retrocede el virus, como muta la pandemia, según la humanidad entra y sale de una primera a una segunda ola, y avanza hacia una tercera, con variantes que quiebran empresas, familias, países, economías, partidos, alianzas, sociedades, liderazgos y tendencias, encuestas y voluntades.
Parecería que en este tiempo, aquello que viene y debe mantenerse es la voluntad de ser humildes y cohesionadores.
Eso es lo que quizá explique lo que ha dicho y hecho en campaña la Democracia Cristiana, que no es diferente de su posición histórica en el mundo: parecería que su espacio sociológico comienza a volver a ser valorado, sobre todo si es encarnado por líderes maduros que puedan recoger la voluntad de cambio de Chile en su coyuntura, que no parece ser la de tensión ya en este momento, sino la de contención en todo momento.
Hoy se respira un poco más de tranquilidad en Chile. Tras la caída de propuestas radicales y el rechazo a las expresiones de "pautaje" que se quiso hacer a la Asamblea, tras la elección pasada en la que parecía que el Partido Comunista y el Frente Amplio eran los grandes ganadores y la centro-izquierda y la derecha los grandes perdedores, ahora aparece de nuevo el espacio de la centro-izquierda para hacer contrapeso.
Habrá que observar qué ocurre en las elecciones primarias presidenciales, lo mismo que en la primera y segunda vuelta presidencial. Orrego ha aclarado hoy a Televisión Nacional de Chile que bajo ningún concepto estará disponible para ser candidato, lo cual es bueno, pero figuras femeninas fuertes de su partido han salido a presentarlo, así como a acompañarlo: Frei y Provoste, lo cual marca un espacio en el que el Chile que vendrá, en lo Metropolitano, quizá se parezca más a aquello a lo que nos acostumbramos a ver en el pasado, cuando Chile había vuelto a la Democracia.
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