Chile tenía una tremenda Marca País hasta 2019. En cuestión de 3 años, se ha vuelto no solo nula, sino negativa. Para muestra, basta un botón...
Hablar de "los y las medicamentos" desde una autoridad pública de salud en cualquier país sería motivo de mofa, pero que sea en un país como Chile que se preciaba en todos los foros internacionales de la seriedad de sus autoridades, causa honda tristeza.
El gobierno debería tomar cartas en el asunto y cuidar no solo la imagen de su régimen y equipo, para defender la "majestad del poder", sino que debería cuidar la marca país, que es patrimonio de toda la sociedad nacional, así como un valor que incluso los inversores extranjeros directos desean preservar frente a sus financistas y directorios.
Estar presente y hacer negocios, actividades, y justificar un nivel alto en un país extranjero es algo que prestigia a todo ser humano; hacerlo en un país que va para abajo tira hacia el suelo las carreras profesionales de quienes optaron y apostaron por dicha sociedad, desde adentro y fuera. Cuidar esa imagen no es algo trivial: es algo fundamental.
Se puede entender que el "principismo" y el "principiantismo" hayan llegado al poder fruto de la votación de una población juvenil que conquistó las estrellas; sin embargo, ya en el poder, hay que tomar decisiones reales que van más allá del "principismo" (inventarse principios novedosos), que no tiene nada que ver con ser "principista" (cuidar principios inmutables); el realismo debe ser principista pero no debe caer en el principismo, pues pasaría a convertirse en realismo mágico.
Lo mágico no sirve para gobernar ni ejercer una profesión, claramente, sea esta política, ambiental, cultural, económica o social.
Decir "Los y las medicamentos" desde una autoridad de gobierno de Chile realmente ya sobrepasa el realismo mágico de Colombia y muestra algo que no es literatura de cuento, sino un cuento digno de literatura académica requerida para calcular el tiempo que le tomará al país recuperar posición global si esto continúa así.
El gobierno debe cortar por lo sano, desde la mano propia, porque de otra forma tendrá que hacerlo tarde, con explicaciones y desgastes, costos y daños auto-infringidos y a terceros.
Haga una purga Presidente Boric: su gobierno, la democracia, la institucionalidad, Chile y América Latina se lo agradeceremos.
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