Cuando no se sabe matemática, es mejor decirlo. Y cuando no se sabe hacer las cuentas, es mejor aceptarlo. Y cuando no se puede controlar un presupuesto, es mejor asumirlo como una limitación.
Decir que una elección presidencial "esto" (según Gabriel Boric) "no se trata de cifras a memorizar", es como indicar que un candidato a presidente, o un presidente, debe memorizar las cifras para rendir las cuentas.
¿Es en serio?
Se puede aceptar que un Presidente diga que no sabe hacer las cuentas, y que indique que tendrá un equipo a cargo de aquello, y lo presente y confirme las cifras en espacios de franja para que el país que vota pueda estar tranquilo de saber quién llevará las cuentas, por delegación de la autoridad que se elegirá.
Sería importante, en dicho sentido, conocer las responsabilidades que tendrán esas personas, y cuál será la observabilidad, verificabilidad y exigibilidad a la que estarán sometidos, posiblemente como primeros o segundos ministros del régimen.
Lo que no es aceptable, es que el candidato no presente a su equipo ante la población, y por el contrario, diga que "esto no se trata de cifras a memorizar".
Aquello demuestra una peligrosa definición del carácter: 1) se demuestra que no se tiene la preparación (misma que se puede complementar a nivel de postgrado, siempre, sobre todo si uno tiene edad suficiente para regresar a la universidad y la academia para formarse). 2) se demuestra que se tiene una intención de hacer un fraude, pues se declara que "la solución" sería "memorizar".
Quizá se esperaría que un grupo mayoritario de estudiantes en la educación básica memorice, pero se sabe que algunos ya no llegarán bien a la educación media, donde la estrategia ya es más la de razonar, sobre todo si se desea llegar a la educación universitaria, donde la memoria no tiene mucho papel, y menos en un postgrado, donde quien logra un nivel de maestría o doctorado, jamás podría usar como estrategia el memorizar.
Ciertamente, no se espera que un político sea un PhD, ni es necesario que tenga una Maestría. Tampoco se requiere que sea profesional. Lo que se espera es que tenga algo de educación técnica, y sobre todo, que tenga capacidad.
La mayor capacidad que se espera, es la de dejar intuir que se dice la verdad.
Pero si se intuye, en la frase propia, que se pretende engañar para "pasar", el examen, probablemente, no se pasa, o la promoción, al finalizar el curso y la campaña, tras el estudio, tampoco pasa.
Triste, pero la franja de hoy ha desnudado a Boric no solo en su punto débil de lo numérico, sino peor aún, de lo premeditado...
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