Por: Roberto F. Salazar Córdova
ADN@+
Inequidad política:
El sueldo mensual de un legislador medio es de 1 a 2 veces el sueldo anual de un ciudadano medio. ADN@+ ha preparado el Índice ADN- de "Inequidad Política", estudiando para ello 29 estados. De ellos, el 62% latinoamericanos (18 países).
¿ES UN POLÍTICO 12 A 24 VECES MEJOR QUE UN CIUDADANO?
Al analizar en dólares comparables, se puede observar que el promedio de las relaciones entre lo que gana un legislador promedio al mes va de 0 a 4 veces lo que gana un ciudadano promedio al año, es decir, que mes por mes, hay brechas entre países que van de 0 a casi 50 veces.
Haciendo una media de las relaciones en los 29 países estudiados, un legislador ganaría 11 veces lo que ganan sus ciudadanos, es decir, casi un sueldo anual de los ciudadanos equivale a un sueldo mensual de los legisladores, tomando en cuenta todos los 29 países.
Sin embargo, si se realiza una regresión para sopesar solo tendencias centrales sin afectar la medición por los sesgos que por un lado implican los casos extremos de Cuba y Venezuela, donde es conocido que los parlamentarios no tienen un sueldo real, y por otro lado los casos de Tanzania y Haití donde las relaciones van de 40 a 50 veces lo que gana un ciudadano medio, se puede observar que la relación de mejor ajuste equivale a 1,9 veces: un ingreso político mensual es 2 veces el ingreso ciudadano anual.
¿Gana un político 1 a 2 veces por mes lo que gana un ciudadano al año?
Redondeando por órdenes de magnitud 11/12 como 1 vez, y 1,9 como 2 veces, se podría decir que un político legislador puede estar ganando en un congreso o en una asamblea, como legislador o como constituyente, 12 a 24 sueldos de un ciudadano promedio de su país.
La cifra llama la atención, pues en los países más desarrollados, la cifra llega a un 2x1 también, pero comparando ingreso mensual vs sueldo mensual (China, Reino Unido y Suecia), siempre corrigiendo por paridad de poder de compra.
Conforme a la información recolectada y la tendencia observada por el autor, se tiene la siguiente evidencia:
1. La regresión estimada no parte de una muestra de series de tiempo, ni de panel, pero sí de corte transversal ordenado por los valores de forma conveniente para estimar una regresión que entrega un mejor estimador lineal insesgado entre las dos variables claves: PIB per cápita y sueldo de autoridades políticas.
2. Utilizando dicha regresión bivariada, sin constante, para los 29 países, Hexagon Group (Salazar, 2020), muestró que hay una brecha de 1 a 1,9 entre el ingreso medio (pib per cápita) mensual de un ciudadano frente a un político (legislador, principalmente) en dichos países, que incluyen tanto países sub-desarrollados, como países desarrollados en los que se ha desarrollado diálogos hexagonales a nivel supra-continental.
En función de este ratio, se hace un segundo ratio entre Inequidad Política y Hambre.
Como muestra la data, hay países como Ghana, Sudáfrica, Brasil y Colombia, donde la inequidad política es cuatro veces más alta que el conteo observado de personas con hambre por cada 100 habitantes en dichos países.
Hay una correlación de 74% estudiada entre la inequidad política y el hambre.
Recordemos que hay por otro lado relaciones de 2 a 1 aproximadamente entre sueldos de políticos y ciudadanos en la media. Dicha proporción se replica igual entre inequidad política y hambre en países como Uruguay, Corea, Chile, El Salvador, Honduras y Tanzania, países estos últimos, que sufren de dos veces más desigualdad política que hambre.
Países que sufren por igual desigualdad política que hambre son Suecia, el Reino Unido, Australia, Austria, Estados Unidos, Argentina, México, Costa Rica, Paraguay, Perú, República Dominicana, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Haití, claro, unos con casi nulos niveles de hambre y otros con altos niveles de hambre.
Países con relación nula entre desigualdad política y hambre son Cuba, Venezuela y China, donde la desigualdad política es casi cero, pero donde todavía hay hambre, sobre todo en el caso de Venezuela y China. Claro, en el caso de estos últimos tres países, los ingresos promedio (per cápita) en dólares no son estelares, como ocurre en otros países sin hambre ,como Suecia, el Reino Unido, Australia, Austria, Estados Unidos y Corea.
La pregunta, como siempre está relacionada a igualdad vs libertad, y hambre versus ingreso.
El Índice ADN- funciona para reflejar el debate actual, pero se debe ir un poco más allá, y estudiar si la brecha entre el ingreso de un político y sus ciudadanos no solo que aumenta el ingreso medio de los países, sino si reduce hambre.
Al parecer, por lo que se observa en la tabla, el modelo ideal parece ser el de los países con menos desigualdad política, mayor ingreso y menor hambre: la evidencia muestra que Suecia y el Reino Unido serían países modelos para relacionar lo democrático con lo económico y lo social, mientras Cuba y Venezuela no lo serían.
Este debate es especialmente interesante para países como Argentina, Uruguay y Chile, que son países de ingreso medio que deben elegir si van hacia el modelo de Venezuela, Cuba o China, o si van hacia el modelo de los países de ingreso alto, como hace la misma China, desde hace algunas décadas, sin llegar todavía a la media de esta muestra de países, que está en 20 mil 754 dólares anuales per cápita (en paridad de poder de compra), se ha seguido el modelo que hoy sigue Chile: el del liberalismo económico, el capitalismo, y el comercio global.
Uruguay, Argentina y sobre todo Chile, han ido bastante más allá de ese umbral estudiado, pero pueden retroceder por debajo de dicho umbral, que tiene a países como México ya por debajo del mismo, con tendencia a la baja, o a Costa Rica, con tendencia al alza, lo mismo que República Dominicana, que en los últimos años ha sido el país que más ha crecido en la región.
Curiosamente, estos dos países centro-americanos son los dos ejes dentro superior a 5 e inferior a 10 en el rango del Índice ADN-, donde Chile está en medio, más cerca de Costa Rica y el 5, que de Dominicana y Perú, que si se descuidan en las elecciones que vienen pueden caer cerca del 10 y entrar en problemas como los que tenía Ecuador que ya había superado el 10 en el ADN negativo de inequidad política, esperándose que con las nuevas elecciones se pueda reducir esta desigualdad, devolver poder a cada comunidad y sus ciudadanos, y donde hoy se espera ya, baje el nivel de influencia en función de los primeros nombramientos del Presidente Lasso en lo social, con la salida del modelo de politización de los sectores sociales, ingresando técnicos que han sido bienvenidos por toda la ciudadanía, independientemente de si se está en el ala izquierda o derecha del espectro político.
Salir del ADN Negativo y entrar en el ADN digital positivo: ADN@+
Chile, Ecuador, Perú, Colombia, y México, junto con Panamá y los países centro-americanos, están de cara al Pacífico, y miran hacia lo global como mira China y el Pacífico Oriental.
La lucha por la libertad en lo político debe separarse de la lucha común por el mercado desde el estado y la sociedad.
Los países con dichos derroteros van creando fenómenos comerciales digitales en tiempos de pandemia, y van tratando, merced al comercio electrónico inicial y logístico al final, de abandonar la zona alta de ADN negativo. Esos países son El Salvador, Colombia, Bolivia y hasta la misma Nicaragua, donde hay procesos de liberación encaminados o bajo lucha, para salir de Honduras y su posición, o para salir de Haití y su posición máxima en el índice .
Nicaragua sigue siendo un reducto de inequidad política en la región, quedando casi de último en las diversas mediciones, y peleando posiciones entre países de alta desigualdad política como India y Tanzania, con niveles de hambre y dramas en términos de salud que empeoran cuando se observan cotas cercanas a tener 50 de cada 100 ciudadanos suyos, con sueldos que frente a lo de sus parlamentarios equivalen a casi 40 veces menos de lo que gana un legislador frente a un ciudadano mes por mes.
Chile, Senado, Congreso e Inequidad Política
Chile, por ejemplo, puede elegir bajar en su ADN negativo de 7 a 5, para parecerse a Mexico, su colega en la OECD, o bajar hacia 3 para parecerse a Estados Unidos, su aliado desde los años 80s, o bajar a 2 por 1 como lo han hecho su aliado actual (China), o su aliado histórico (Reino Unido) o su aliado de refugio, durante los tiempos de la dictadura (Suecia).
Parecería que en un modelo anglo-sajón, oriental, o nórdico, que son las opciones que quedan en discusión en medio del proceso de cambio de constitución, será lógico que un congresista no pueda ganar 7 veces lo que gana hoy un ciudadano promedio.
Esas desigualdades políticas deben hacerse visibles de todas maneras en estos tiempos en los que se tiene una pugna por los retiros de los ahorros ciudadanos, pues en rigor, la mejor forma de ser solidarios no es la de repartir los ahorros ajenos, sino el de reducir las brechas del balcón frente a la calle.
La situación actual en Chile y otros países de la región se hacen visibles y son comparables con algunas desigualdades sociales con otros índices, como el de Gini, o algunas desigualdades económicas, como los índices de concentración de mercado. Por ello, para tener autoridad para hablar de la calle, hay que bajarse el sueldo y vivir como quien se ha quedado en la calle. Todo lo demás le quita peso moral al argumento de hablar de la gente repartiendo la riqueza de la gente, sin ser parte de la situación y los dolores de aquellos a quienes se dice que se debe ayudar.
Hacerse pobres para hablar de los pobres
Está a todas luces claro que Chile está caminando hacia rutas de empoderamiento de los ciudadanos sobre los políticos. La ciudadanía que vive por debajo de los 2 a 3 millones de pesos al mes ("sueldazo") exigirá que los hacedores de políticas sean como ellos. Por eso es que los políticos tratan de atraer simpatizantes como lo hacen a diario.
Independientemente del proceso electoral que se tiene al momento, esta tendencia posiblemente cambie a partir de mediados de Mayo de 2021.
Por ello, es mejor escapar del debate de países que ya cayeron en las décadas pasadas, de modo de evitar escenarios fatales como los de los dos extremos mostrados en el índice, sobre todo para países pequeños y abiertos como Chile, en los cuales la única ventaja que se tiene, como país aislado, es la apertura al mundo, al comercio, y a otros mecanismos de mercado global, como los que ha aprovechado la misma China, o los que ha aprovechado Corea, todavía con inequidad política, pero con niveles de ingreso altos con base en su desarrollo tecnológico.
A caminar la ruta del Asia
Avanzar como Corea del Sur hace sentido para Chile, Ecuador y América Latina en términos de reducir la desigualdad política, abrazar el crecimiento económico, aumentar el ingreso per cápita, y reducir el hambre, como lo muestran los datos.
Claramente, la regresión presentada muestra que hay relación directa entre sueldo político y PIB per cápita, por lo cual no se pide bajar a niveles como los de Suecia, conforme se observa en la regresión establecida, pero sí se puede llegar al estándar coreano, que parecería aceptable en términos políticos, económicos y sociales.
Este camino lo está tratando de seguir ya Ecuador, bajo un modelo de dolarización que le obliga a abrirse y comerciar, recibir inversiones y acelerar con base en tecnología. La población ha votado en este mes en consistencia con aquello.
Que a nadie le sorprenda si las jugadas de los políticos de izquierda y derecha castigan en Chile a quienes se han convertido al populismo, y si más bien, la votación va en favor de quienes hablan desde el racionalismo.
Chile lo ha venido haciendo así, por decisión de su gente, igual, en silencio, en años pasados, pero ¿qué ocurre con el Chile de los dos últimos años, que no se condice en el ruido con el nivel relativo de su PIB per cápita frente al de la región?
¿No será que el problema no está en la calle, sino en el liderazgo?
El liderazgo real es el del diálogo, no solo local o comunitario, sino nacional y multi-partidista. La invitación que haremos acá, en ADN, siempre será hacia el encuentro del otro, sea de otra línea política o no, sea de una cultura u otra, sea de donde sea y venga de donde venga.
La región entera no ha corregido lo que Chile si ha hecho, conforme se observa en sus índices, cuando se coloca las variables acotadas por la paridad de poder de compra (PPP). Es en esta última medida de cada variable, que Chile sobresale una y otra vez, como se observa un indicador tras otro, salvo en algunos de valor político, como el monto de pensiones, que debe corregirse y no colapsarse (como se hace ahora), o en el de la inequidad política (que debe corregirse y no disfrazarse).
Si comparamos el poder adquisitivo de un dólar en Chile vs la misma moneda en Estados Unidos, veremos que Chile, en lo fiscal, ha hecho una gestion de calidad, que deberá reconocerse.
Análisis de la Desigualdad Política con Datos Corregidos por Paridad de Poder de Compra
Es sabido que cuando hay crisis se opta por devaluar, y hay una correlación, en la muestra, de 25% (negativo) entre tipo de cambio y paridad de poder de compra. Ese efecto no lo tiene Ecuador pero si lo tiene Chile.
Convengamos en que a simple vista (mirar la tabla arriba) se observa una correlación directa entre la PPP (y sus círculos en blanco y negro) y el índice ADN- (y sus barras en rojo).
A más color negro, más color rojo: A mayor distancia en PPP, mayor inequidad política, o vice-versa.
Esto muestra cómo se separa el salario del político (mensual) vs el PIB per cápita mensual, ambos en paridad de poder de compra, a medida en la que se deteriora el valor de un dólar en un país. El caso de Venezuela es paradigmático, en términos de mostrar el valor del tipo de cambio en la tabla, tanto que el resultado es que un país con las mayores reservas de petróleo del mundo, tiene ahora menor producción petrolera que Ecuador, un país donde para exportar se puede hablar de todo menos de afectar el inexistente tipo de cambio.
Sin tomar en cuenta una correlación de -26% entre PPP y tipo de cambio, de hecho, hay una correlación de 66% entre ADN- y PPP. Esto nos lleva a plantear que el fracaso económico de los países será inevitable si, de acuerdo a este estudio, si se sigue hacia una devaluación, pues lo único que allí se consigue es ir hacia una depreciación, y el resultado final es el hambre.
Hambre
Si se quiere seguir modelando las dinámicas de un ADN-, de modo de recomendar la forma de trocarlo por un positivo ADN@+, se puede tratar de controlar esta relación modelando el PIB per cápita sin PPP y esta última variable.
La econometría del caso muestra que pasados los 43 mil 500 dólares anuales de PIB per cápita (algo que Corea no alcanza), el pasar en PPP de 1 a 2 (como sería perder el 0,9 de Suecia frente al 2 de China en dicho indicador), se pierden 18 mil 600 dólares anuales de PIB per cápita, algo como la media entre Chile y Cuba en dicho indicador.
Para modelar el PIB per cápita como variable dependiente, el tomar como variables independientes al hambre (como variable social) o el salario de los legisladores (como variable política) no son significativos; mas sin embargo, la estabilidad de la moneda y el garantizar el poder de compra frente al dólar en Estados Unidos si que tiene un efecto, si lo que se busca es estar en los niveles de ingreso promedio de 3 mil 600 dólares al mes desde un ciudadano promedio, como lo logran Suecia, Australia, Estados Unidos, Austria o el Reino Unido, en la muestra.
Por ello, hay que estar atentos a las señales de debilitamiento del peso chileno que pueden venir del debilitamiento fiscal del país por las medidas de los últimos meses, no sea que se aumente la desigualdad política al aumentar tributos, se genere un rechazo social a lo fiscal, gobierne quien gobierne, se pierda paridad de poder de compra, y los políticos generen pérdidas del poder de compra, devaluaciones, depreciaciones, y complicaciones que no son deseables en tiempos en los que se puede comerciar sin devaluar.
Trabajar en Reducir la Inequidad Política para Reducir el Hambre
El Gobierno del Presidente Piñera ha trabajado incansablemente en los últimos años, sin mucha comprensión de sus partidarios ni de sus opositores.
Acá va un voto de confianza para lo que se ha hecho, de modo de no caer en un agravamiento de los déficits gemelos (fiscal y comercial), que deben alejarse al mantener el rumbo firme en medio de la pandemia, reaccionando a las presiones, pero también teniendo soluciones que pasen por visibilizar todas las desigualdades, incluida la política, que debe ser puesta sobre el tapete, en señal de solidaridad y sobre todo de austeridad.
Hay que predicar con el ejemplo, y los legisladores deben hacerlo. Veamos por qué:
Si se modeliza el PIB per cápita en PPP, resulta que con igual umbral de 40 mil 500 dólares anuales per cápita, por cada duplicación del PPP se pierde 15 mil 200 dólares anuales de PIB per cápita en PPP, algo parecido al promedio en dicha variable entre China y el otro socio latinoamericano de Chile en la OECD: Colombia.
Al modelizar con PPP el PIB per cápita resulta que la variable política si juega también de forma significativa, teniéndose que por cada dólar PPP que aumenta el sueldo de los políticos, aumenta 1,2 dólares el ingreso de los ciudadanos.
Los políticos están muy cómodos, y por eso actúan como actúan. Si les doliera más el bolsillo al anunciarse impuestos, evitarían el déficit fiscal. Si les doliera más la cotización extra, no anunciarían cuartos ni terceros retiros. Si les doliera más el bolsillo, se dolerían de destrabar la economía, que no necesita que la salven, sino que la liberen.
Si bien, los valores anteriores mostrados permiten entender por qué los salarios de los políticos han subido tanto, se debe tomar con pinzas la relación directa entre aumento de ingresos de políticos y aumento de bienestar medido por ingresos, pues el intervalo de confianza es un número entre 0,1 a 2,3. Es decir que el 1,2 es una media solamente entre los 30 países.
Lo real es que la brecha se aumenta cada vez, y la lejanía se acentúa cada mes, teniéndose que por cada dólar de incremento del sueldo de un legislador se podría ganar solo 10 centavos más de sueldo de los ciudadanos, pues es poco dable que se llegue a producir el resultado de que se pase hasta 2,3 dólares de sueldo mayor de los ciudadanos.
Trabajar para superar la relación 1 a 1, y no quedarse en los decimales, es algo que podría abrirse más o cerrarse la brecha en el ADN negativo.
Para ello será posible, quizá, acordar una regla macro-fiscal para el futuro, que vaya dentro de una ley en la cual se acuerde que todos nos pongamos la mano en el bolsillo, y aportemos para recuperar no solo los ingresos y los ahorros, sino la igualdad y el bienestar.
¿U Invertida de Kuznetz?
En promedio, la data muestra una brecha que se abriría en un 20% en países con ingresos bajos, con lo cual parecería que se tiene algo parecido a una curva U invertida, en la que un poco de desigualdad política es necesaria para crecer, como lo muestra el caso coreano, pero donde ya pasada la clase media mundial, mucha desigualdad política puede encaminar a un país hacia regresar a la pobreza y el hambre, como lo muestra el caso ecuatoriano y venezolano, donde el primer país parece estar volviendo a la optimalidad, y el segundo parece ir hacia el despeñadero.
Finalmente, Hambre y Desigualdad Política
Corriendo una regresión bivariada, sin constante, entre el Hambre y la Desigualdad Política, para mirar el resuldado social que puede tener esta variable e índice aquí presentado y analizado, queda implícito que el resultado económico antes visto, se puede mirar como una motivación (ver tabla) para seguir el camino de los políticos de países como Suecia y apegarse a sus comporamientos y gestión de intereses a la hora de fijar la regla de incremento salarial, de modo a conducir a mayor hambre por igual al diputado si en lo social ese es el resultado.
Por cada cuatro unidades que se abren como brecha en el ratio entre el salario de un político y el PIB per cápita (ambos en PPP) se tiene que entre 2 a 4 personas de cada 100 entran a pasar hambre en un país.
Las cuatro unidades que separan a Chile de Estados Unidos, Austria y Australia en la inequidad política y el ADN negativo, implican que 3 de cada 100 chilenos pasen hambre.
Si Chile, lejos de corregir a la baja su ADN-, pasando a un ADN@+ Tecnológico (como Corea) y positivo (como los países con más ingresos), y al contrario, camina hacia el lugar que empieza a dejar atrás Ecuador, que lo supera por cuatro unidades de brecha (7 vs 11), entonces tendrá 4 a 8 personas más por cada cien pasando hambre que las que lo pasan en Estados Unidos.
El índice ADN-, en una medida bastante asimilable a la potencia que tiene la señal de desigualdad política para llegar a escenarios como los que se espera deje atrás Ecuador, que llegó a la duplicación de su pobreza extrema.
Conclusión
Parece, en conclusión, que es peligroso para los más pobres, el seguirle electoralmente el juego de la igualdad a los políticos que solo pasan a ganar más para ellos, y a alejarse más de los ciudadanos.
A veces, dejar que hablen los datos es la mejor medicina para tomar elecciones políticas adecuadas, que no solo generen efectos económicos de corto plazo, sino sociales estructurales de largo plazo.
Roberto Salazar (*)
(*) Roberto Salazar es Senior Researcher de Cross-Sector Partners Inc.Tech, y CEO de Hexagon Group Latam/UK/Global. Actualmente lidera la iniciativa ADN@+ y la Red Santa Cruz de Inversiones de Impacto en América Latina.
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