Resistir es el juego, es lo que está en nuestro ADN
El 25 de Agosto se cumplieron 160 días de encierro en Chile: 4x40. La situación actual nos tiene prisioneros de 4 pérdidas, una por cuarentena: Poder, Popularidad, Peculio y Psicología.
Poder: En el real dilema del prisionero que vivimos, causado por la política de “distanciamiento social”, perdimos durante la primera cuarentena el poder de forma real (en favor de lo estatal nacional y global). Lo perdimos desde el instante en que las autoridades nos quitaron el poder de vivir libres y cooperar al crear defensas por la interacción biológica, gratuitamente.
Popularidad: Durante la segunda cuarentena nos acostumbramos a vivir encerrados en el hogar y los medios nos acostumbraron al nuevo normal de no salir. El “quédate en casa” se volvió un himno. Si se aplica la teoría del juego del prisionero desarrollada originariamente por Merrill M. Flood y Melvin Dresher mientras trabajaban en RAND en 1950, se verá que el dilema de la popularidad es quizá el más grave: somos seres sociales, disfrutamos el tener, cada año, cinco minutos de popularidad. En la segunda cuarentena no hubo deportes ni actividades de masas. Todos nos volvimos aburridos.
Peculio: Para la tercera cuarentena, ya el ciclo económico había hecho estragos. Ya no era solo un tema político, o social, sino económico, lo que había condenado definitivamente a los hogares, los grupos y las empresas, a agotar la solidaridad. No hay mayor soledad que la económica, suele decirse: cuando ya las fuerzas no acompañan ni para apoyar a un trabajador, o cuando ya no se puede resistir un tributo, pues se lucha por mantener lo básico. Allí es cuando agoniza la cooperación.
Psicología: Para la cuarta cuarentena, el encierro y el distanciamiento se convirtieron en un avance hacia la última frontera post-económica: la psicológica. El problema se volvió uno de fondo, como lo muestra fundamentalmente la teoría de juegos, cuando dos personas ya no pueden dialogar cara a cara incluso si ello va en contra del interés psicológico de libertad de ambas.
ADN y ADN@+
Nuestro ADN habrá cambiado gracias a la pérdida de poder, popularidad, peculio y psicología, y se habrá convertido en un ADN@+ en el cual lo que siga sumando sea, como ya es, el espíritu de libertad.
Esto, por ejemplo, es lo que está impulsando de manera impensada e inusitada la campaña del rechazo en Chile en lo político. Es lo que progresa y está volviéndose popular entre las personas, sus hogares, sus empresas, y hasta en los mismos medios. Es lo que está levantando las expectativas en lo pecuniario, al impulsarlo las micro-empresas mismas, que están fondeando iniciativas dentro de lo poco que tienen, al mirar ya con recelo a los políticos, sus leyes y sus constituciones. Es lo que psicológicamente están mirando los jóvenes votantes, que no quieren más peleas, ni quieren más controles. Que buscan libertad.
El Rechazo y la Enmienda
En la práctica, la campaña del rechazo está girando positivamente hacia un discurso y propósito de enmienda, con cuatro ejes de liberación más que constitucionales en lo estatal, constitutivos en lo motivacional: el del amor, el del humor, el de la realidad y el de la cohesión.
Amor: dicen que a la 5ta pinta. De llegar al 19 de Noviembre, con 200 días de encierro, no habrá otro remedio que apelar, como cura total de todo, al amor propio, al del hogar, la familia, y el amor por la patria, la libertad, lo bueno, lo bello y lo sabio. Habremos cambiado todos hacia un modo naturalmente más cooperativo, pues habremos superado el duelo de la crisis que nos habrá enseñado a que los que sobreviven son los resilientes y esos son los que tienen un por qué luchar: los del “resistiré” en positivo.
Humor: Para ese entonces, ya entrado el verano, y preparándonos todos para Navidad, no habrá nada mejor que tomarse las cosas con humor. De hecho, ya se comienza a mirar cómo la cordura permanece en quienes hemos podido acudir a nuestro mejor ADN social, al reírnos mucho de los políticos, sus falencias, sus vacíos, haciéndolos víctimas propicias de la venganza del prisionero, cooperando naturalmente, entonces, vía humor, para levantar la psiquis y la economía.
Realidad: La nueva realidad impuesta por el amor renacido, el humor reconciliado consigo mismo, y el nuevo ADN que habrá brotado del intercambio inter-generacional, como ya ocurrió en pasadas pandemias, dejará una nueva normalidad más cercana con la tierra, menos consumista, y más acorde con los valores reales aprendidos por las sociedades, donde el “quédate en casa” y el “ahorra”, sumado al “tranquilo”, o el “recemos un padre nuestro” volverá a tomarse su sitio, de la mano del ejemplo de los abuelos sobrevivientes que se habrán convertido en los verdaderos héroes de todas las naciones.
Cohesión: La sed de terminar con el distanciamiento social logrará el milagro de la cohesión. La gente podrá optar entre la violencia y el auto-control. Al no querer más estado, por sus costos, su ineficiencia, su circo sin pan, y su vacío político, social y económico, los hogares habrán mirado hacia la tecnología como medio de cohesión. Hacia allá estamos migrando: hacia un nuevo normal en el cual la realidad socialista será reemplazada por un nuevo acuerdo tecnológico. Allí es cuando nacerá el nuevo ADN, el ADN@+, el de la interconexión y el de la cohesión.
El real dilema del prisionero es el que guía nuestros pasos: el de la cooperación para recuperar la libertad.
Resistir es el juego, es lo que está en nuestro ADN@+
Roberto F. Salazar-Córdova
Santiago, 1 de Septiembre, 2020
Imágenes cortesía de:
Comments