Al salir, el tumulto fue tan grande que no pudieron encontrar sus miradas...
Se volvieron a encontrar. Les encantó mirarse de nuevo de lejos, pero no para leer una carta de café.
Esta vez fue en un encuentro de líderes.
Fue un instante aquél en el que se vieron.
Ambos escucharon:
"Se necesitan pactos, diálogos, acuerdos, sí, pero sobre todo liderazgo de alto nivel para llevar a cabo los cambios, reformas, y construir justicia distributiva de verdad, sin retroceder en la eficiencia productiva real que se ha conseguido. El pacto de reforma es el que necesitamos establecer, y para ello se requiere liderar. No correr electoralmente, sí caminar políticamente. No capturar puestos en el estado. Sí quitarle espacios al estado. No quitarle recursos a las familias y empresas. Sí devolverle libertad y liderazgo a las comunidades. Las cosas se resuelven en el territorio, con descentralización y desconcentración, tanto de mercados como de estado, tanto económica, como políticamente, para determinar las mejores políticas sociales, el mejor financiamiento de la protección social, y la mejor forma de hacer negocios responsables y alcanzar una economía financieramente desarrollada, pero socialmente justa, eficiente y sólida, sostenible y llena de optimismo desde la base hasta la cima. Sí se puede. Siempre se puede!
Al salir, el tumulto fue tan grande que no pudieron encontrar sus miradas...
Continuará...
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