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El Otro Eje... 4

Actualizado: 11 sept 2020


Viene de...






¿Será migrante o estará de paso?

Pensó el ajedrecista cuando partió a ordenar un ristretto de Las Tolas donde el barista.

Mundo chico, pensó también, al recordar el acento quiteñísimo de la del pelo azabache. ¡Inconfundible!...



Él ya se había vuelto políglota.


Con el pasar de los años y los puentes, entre ríos y geografías, caminatas y andariveles, sabía reconocer todos los acentos latinoamericanos e incluso algunos en Inglés y otras lenguas raras que no entendía bien cómo llegaron a instalarse en su cabeza e incluso en su corazón.


Mientras caminaba a dar la ronda a las mesas bajo su atención, deslizó una mirada que ¡miércale! Se cruzó con la de la chica pobretona que oteaba sobre la carta justo en esa milésima de segundo.


Él felino como buen trapecista de la neurona y gran músico de la mirada, volvió a alzar la mano y le hizo otro gesto de macho natural, como para tranquilizar a la “cliente” -en su ansiedad por el café- pero que por esta vez se le pareció más a una seña para sí mismo, buscando tranquilizar cualquier brisa de ansiedad que le latiera bajo el cuello por mientras pasaban los segundos que le separaban de llevar todo a su destino.


El olor del café ya había hecho el resto de la magia. La lluvia no era amiga del olfato cuando caía, pero por supuesto que lo era cuando estaba tras bastidores, goteando sobre un vidrio empañado, o corriendo como riachuelo cuando ya retornaban los rayos que se filtraban e iluminaban los olores del pavimento que la evaporaba, o cuando ascendían frutosos si había naturaleza y flores caídas que hervían y conquistaban la brisa.


En el interior y bajo la media luz, El se había refugiado en sus lecturas coreanas para evitar la pérdida de la razón.


Pensaba en el licor y el pollo frito, para bajar la tensión de su corazón, y se metía de lleno en los filósofos clásicos para meditar sobre la geometría, de modo de evitar caer en la trampa del off-side que todo hombre de bien teme, por más valiente que sea o que finja serlo.


Era evidente que fue amor a primera vista. Estaba perdido. Debía renunciar y volver a caminar.



 


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