EEUU y Ucrania hablan de entre 40 a 80 mil muertos de Rusia en la guerra actual.
Desde hace dos días, Rusia está recibiendo ataques de Ucrania sobre Crimea, territorio Ucraniano que Rusia dice ser suyo. Recientemente se tuvo la mayor pérdida de aviones de Rusia en tiempos de guerra, desde la Segunda Guerra Mundial.
En un vuelco a la situación, es Rusia ahora la que afirma que Ucrania está matando a prisioneros de guerra, mencionando que utilizaron armas de EEUU en el centro de detención. Investigaciones desde este último país indican que la destrucción no sería el de un misil H que tiene un alcance de 80 Km para golpear a solo 14 Km, no sería lógico por la forma de destrucción, acusándose a la propia Rusia de utilizar una bomba para causar dicho horror.
Son seis meses casi (169 días) de invasión de Rusia sobre Ucrania, y se comienza a mirar una entrada de EEUU con paso firme en la guerra de Europa, y lo mismo, en la visita al aliado de Rusia, China, por medio de una provocación (según China) al tener a Nancy Pelosi en Taiwan.
Los Estados Unidos de América están entrando con más firmeza en el escenario global, y con ello, los aliados internacionales de los gobiernos locales de América seguro pensarán varias veces antes de estructurar acciones que amenacen continentalmente y de verdad contra el poder global de los Estados Unidos.
En lo económico, el Dólar mantiene su fortaleza frente al Euro, la Libra, y las monedas de todos los continentes, y en lo local, el empleo pleno en EEUU está tendiendo a ser el fruto de un conjunto de inversiones no solo locales de sus nacionales, sino de inversores globales y continentales, todos buscando refugio y un modelo que asegure retornos y propiedad seguros.
En lo continental, no hará falta interferir, invadir, espiar, interactuar, ni siquiera invertir, como en los 60s, 70s, 80s, y 90s, sino que bastará con tomar palco desde el Norte, para que pase la ola, y los propios ciudadanos hagan su trabajo. La segunda ola que vive América Latina en términos del Socialismo del Siglo 21 ya no tiene a China como su motor, pues esta última ya no está teniendo inversión de Europa y EEUU, como antes.
En lo social, el palco será total. El malestar regional contra lo narco, la delincuencia, la inseguridad, la inflación, la estanflación, la falta de empleo, y el contraste con el éxito que vuelve a observarse en el norte, más la propia necesidad económica de reformas de parte de las familias poderosas de los países latinoamericanos ya radicadas en Miami, NY, o incluso Washington, hará su parte: recuperar sus mercados e impulsar gobiernos que sean capaces de compatibilizar lo político con lo económico y social, sumándole lo cultural y ambiental.
Hacer las paces será posible pronto: hay que tener paciencia, mantener la dolarización en Ecuador, votar rechazo en Chile, dialogar hexagonalmente en Colombia, conservar el poder real a toda costa en Perú, lograr mayorías en el congreso en Brasil, observar de cerca el efecto de la inflación sobre la política en Argentina (con inflación más alta hoy, en el mes a mes, que Venezuela), y negociar petróleo en Venezuela mientras dicho país se dolariza en la práctica y deja de ser una amenaza.
Parecería que los gobiernos de izquierda, bajo el escenario global, serán responsables de liberalizar y abrir el camino a la democracia y al triunfo real de la derecha por un tema de sobrevivencia.
El liberalismo libra una guerra que está liberando Crimea bajo mando de los Demócratas en Estados Unidos, tras el fracaso global y local de los Republicanos en EEUU. Quizá lo que ocurre ahora en EEUU y Ucrania, donde los liberales le ganan la partida a los conservadores (incluido Putin y ni se hable de lo que pasa en el Reino Unido) será lo que venga para el futuro: una social-democracia creciente, que rechace por sí misma, como se observa en las encuestas de Chile, la entrada en el comunismo, e incluso un socialismo que rompe filas con la nueva generación, para apegarse a la vieja política del pragmatismo, como pasó hace varios años en la misma Europa, en la mismísima Francia.
Veremos cómo reaccionan los amigos de izquierda, cuando tengan que hacer "la gran Lagos": ser quienes dialoguen efectivamente con las empresas y las familias, para reducir el tamaño del estado, y crecer sobre la base de la protección de la propiedad, como pasa en la mismísima China.
Ganar las elecciones, en estos tiempos, ya no es necesario: basta con hacer negocios e inversiones de impacto desde las empresas transnacionales, mismas que gracias a la tecnología, ya no necesitan tener empleados, sino socios locales, regionales, continentales y globales.
Nosotros como Red Santa Cruz decidimos en 2019, en Washington, que debíamos tomar palco sobre lo político por ello, y pandemia de por medio, vemos que lo que está emergiendo es lo que esperábamos: un escenario más amigable para hacer inversiones de impacto con calma y con un foco central en hacer las #PACES.
Mientras Europa, el Norte y Asia están en Guerra, nosotros tenemos la oportunidad de hacer negocios en el Sur, y sobre todo en América.
Es cuestión de asumir la responsabilidad de nuestros hogares y comunidades, con nuestras empresas y emprendimientos, inversiones e impactos.
Se requiere liderazgo maduro, de ese que entiende porque vivió la economía de los años 70s, 80s y 90s como adulto.
Hemos limitado a 100 los miembros de este tipo en nuestra Red; ya estamos juntos y trabajamos nuestros proyectos bajo invitación y coordinación del autor, en formato de Diálogo Hexagonal.
Seguiremos adelante. El planeta es nuestro hogar, y América es nuestra cuna. El escenario global y América son propicios para nuestro ADN digital y positivo (ADNPlus), así que vamos con todo, juntos y disciplinados como una Centuria, para llevar la paz a lo local vía negocios socialmente diseñados y ejecutados.
ROBERTO F. SALAZAR-CÓRDOVA
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