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DEBE EL GOBIERNO DOLARIZAR OFICIALMENTE CHILE?

Al cierre del 2021, en Chile, 20% de los depósitos en cuenta corriente estaban ya en moneda extranjera (dolarizados):

Fuente: CMF. Elaboración Roberto F. Salazar-Córdova, Hexagon Group / ADN@+


Si bien solo 4 de cada 100 cuentas corrientes chilenas se registran en Dólares (USA), en promedio, un 20% de los dineros depositados en cuentas corrientes están ya protegiendo su valor frente a la devaluación, al estar denominadas en dólares.


La Región 7 (De Norte a Sur), la Metropolitana (Gran Santiago), lidera la mayor cantidad de depósitos en dólares, al tener el 85% de los dólares depositados en cuentas corrientes en Chile. Esto hace que en la Región Metropolitana, la dolarización de las cuentas corrientes supere la media nacional con 26% de los depósitos ya signados en dólares.


Uno de cada 5 depósitos de los Chilenos (20%) se coloca en dólares ya, mientras que 1 de cada 4 depósitos de los Santiaguinos sigue dicha tendencia (26%).


Pero Santiago no es la región más dolarizada.


En el Norte, la 2da Región (Tarapacá y su capital Iquique) zona de extractivismo minero que recibe al momento una secuencia de migración que ha hecho crisis, es la más dolarizada: uno de cada 3 depósitos de los agentes económicos (hogares y empresas) se coloca en dólares (30%).


De todas formas, con el 30% de dolarización de cuentas corrientes, la zona Norte apenas alcanza el 2% de los dólares en cuentas corrientes de los Chilenos.


En cambio, y por el contrario, la región más desdolarizada está en el Sur, zona bajo tensión por el activismo indígena Mapuche, sobre todo en la región 15 (Aysén), que tiene solo a 3 de cada 100 depósitos en moneda extranjera (3%), en empate con la región 3 en el Norte. Tal como se puede observar, el Conflicto Mapuche ha llevado a que solo el 0.1% de los dólares en cuentas corrientes estén en Aysén y su Capital Coyhaique.


El Proceso


En Mayo de 2021, en medio de la pandemia, los medios masivos de prensa ya alertaban de que los retiros de los fondos de pensiones, el proceso eleccionario, y el desarrollo del proceso constituyente generaban incentivos a que los Chilenos pasen a dolarizarse vía mercados.


Un reportaje de La Tercera (Mariana Marusic, 14 MAY 2021 ) publicaba: "las cuentas corrientes en moneda extranjera están creciendo a tasas nunca antes vistas".


El artículo indicaba que desde el estallido social (Octubre, 2019) se había duplicado el monto que había en esas cuentas, pasando desde US$628 millones en octubre de 2019 a US$1.345 millones en febrero del año pasado.


El crecimiento es exponencial, al pasar de 628 a 1345 y actualmente a 13219 millones de Dólares en cuentas corrientes:

Igualmente, el crecimiento de las mismas, como cuentas, ha pasado de 73040 a 241993.


En 2021, en Febrero, contra un año atrás (2020), el número de cuentas había subido en 31% año contra el 2020, hasta las 73.094 cuentas de personas naturales.


Foto: La Tercera, Chile


El artículo de Marusic continuaba: "Muchos agentes locales han aumentado significativamente sus posiciones en dólares para refugiarse en medio de la incertidumbre. Todo partió tras el estallido social, pero esto tomó más fuerza producto de la pandemia."


La pregunta que cabe, al haberse desatado la guerra como un tercer tema de incertidumbre es si podrá la economía resistir no solo el proceso constituyente y sus evoluciones actuales que siembran dudas sobre el futuro, al igual que lo que ocurre en el planeta y las presiones que se dan vía precios e inflación, generando no solo devaluaciones, sino aumentos fozosos de precios que no se condicen con el aumento de los salarios ni de los precios de insumos, generando una espiral no solo inflacionaria, sino de empobrecimiento en los diversos países del mundo?


Tal como se analizaba en un artículo de días pasados, los países se están volviendo dolarizados de facto, sean sus gobiernos de izquierda o de derecha (esto incluye no solo a Ecuador, sino a China, Nicaragua y la misma Venezuela, que está desarrollando una dolarización a la sombra para contener su inflación y abatir la pobreza, la migración y el deterioro de su ya descalabrada economía, como hiciera antes Cuba con su "convertibilidad").



En el artículo de ADN@+ publicado hace dos días se hace un comparativo de la devaluación, la inflación y la depreciación de las monedas locales, las economías correspondientes y los indicadores resultantes de diversos países, y se concluye que Chile va erosionando su competitividad a causa de su inflación, misma que supera la de EEUU, que ya es alta, al estar en 7% (la Chilena está en 8%).


La inflación genera pobreza, y la dolarización frena la inflación.


Esa es la evidencia de Ecuador, donde la inflación es menor en cuatro puntos a la de EEUU y le genera una apreciación real que se traduce en una ventaja a la hora de recibir inversión extranjera directa. Los 4 puntos proyectados de competitividad que le gana Ecuador a EEUU, ceteris paribus, en función de lo ocurrido en la primera semana de guerra, donde es conocido que la inflación es una forma de financiar la maquinaria bélica y sus costos (si no, que lo diga la Alemania del siglo pasado), implican una situación ideal, en la cual EEUU le devalúa su moneda, pero Ecuador la aprecia, al tener controlada la inflación en su interior, al no poder emitir dinero como lo hace el país emisor real (EEUU).


El incentivo de los Bancos Centrales de otros países es el de aprovechar la inflación de EEUU para permitir inflación en sus territorios, y así, vía impuesto inflación, financiar los gastos que implica la guerra y sus efectos colaterales en cada economía. Así, los Bancos Centrales emiten en desmedro de sus países, empatan en inflación con el mundo, y mantienen los asuntos fiscales lejanos de presiones sobre la autonomía de los entes emisores, en un equilibrio en el que las haciendas y los emisores ganan, pero los ciudadanos pierden.


Aquello explica la noticia con la que se partía este análisis, y que es la misma historia que se observa ya en todos los países, donde los hogares y las empresas comienzan a defenderse de la inflación al colocar sus cuentas no solo de ahorros, sino corrientes, en dólares, creando un fenómeno de dolarización de mercado.


Países como Venezuela y Cuba caen también en la inflación como forma de manejar sus asuntos políticos internos, y allí es donde la "no devaluación" oficial queda revelada, con lo cual dichos países no terminan siendo modelos reales de dolarización de mercado, sino de dolarización de estado, pues no existe libre circulación de divisas, y al final lo único que se alienta es un mercado negro de divisas, como también ocurre en Argentina, donde la inflación, también, pasa a ser pan de todos los días, con menos pan y mayores precios cada día, todos los días también.


Una ex estudiante inglesa de procedencia argentina fue entrevistada por ADN@+ hace pocos días sobre la situación que vivió en su país de origen, al tener que realizarse una operación con un experto global que solamente atiende en Argentina: trabajando ella en Chile, y habiendo estudiado en Inglaterra, pagó costos por una operación que en Chile le habría sido imposible, con un costo médico que a la larga le costó menos que el boleto de avión comprado en Chile. Una operación quirúrgica de alta complejidad en Argentina cuesta menos que un boleto de avión emitido en Chile.


La pérdida de poder adquisitivo y de ingresos expulsa profesionales de excelencia de los países vecinos hacia los países estables.


Hace poco conversábamos con inversores que están apuntando a colocar sus posiciones de trabajo en Ecuador, por las mismas razones, desde Chile, al mirarse los diferenciales de poder ganar en dólares y gastar en devaluados pesos chilenos, que ya no ofrecen las mismas garantías de valor que ofrecían hasta hace dos años, aunque todavía, y hasta febrero, todavía ofrecen más garantías que los muy devaluados pesos argentinos.


Sin embargo, todo es cosa de tiempo, tal como viene la guerra, la inflación, y las políticas públicas, la legislación, y los mercados, los costos, los mismos precios en sí mismos, y claro, los comportamientos de los agentes y las instituciones en los hogares y los mercados.


Un caso de gestión en medio de la crisis lo lleva China, que ha logrado controlar de manera férrea no solo su tipo de cambio, sino también la inflación, ganándole en una semana una proyección de 6 puntos de competitividad frente a EEUU en lo que a enriquecimiento por balanza de pagos se refiere (ver vínculo en la parte superior con artículo correspondiente y cifras al respecto).


Para el caso Chileno, el poder mantener la disciplina férrea de China no parece ser una opción creíble, vista la evidencia de los incendios políticos y los comportamientos económicos dados en los territorios y en los mercados.


En el artículo de La Tercera, se cita a Luis Felipe Alarcón, economista jefe de Euroamerica, que comentaba que "al analizar el tipo de cambio y ver fundamentos como el precio del cobre", concluía que “si no fuese por la alta incertidumbre reinante, es muy probable que el tipo de cambio estaría mucho más abajo”. A esto, dice, "hay que agregar toda la cantidad de dólares que han liquidado las AFP por los retiros de fondos".


La oferta de dólares por el lado del cobre, que sigue subiendo de precio, apuntando ya hacia 5 dólares, hace que el modelo no explote en Chile, efectivamente; sin embargo, esos aumentos serán temporales. Ya lo advertía el Presidente del FLAR, Fidel Jaramillo hace poco para el caso de Ecuador, con el petróleo, cuyos precios también han subido mucho, hasta superar la barrera de los 100 dólares, no vista desde 2014: "los precios y su aumento no serán duraderos". Igualmente, en Chile, la liquidación de divisas de los fondos de ahorro ya no será todavía un elemento, o quizá si lo sea, si se producen nuevos retiros, pero su número (retiros) siempre tendrá un límite.


En Chile, el artículo de Mayo de 2021 sigue siendo cierto, y cada vez más cierto, hoy en día, cuando dice: "Y una de las alternativas que ha ganado fuerza para las personas naturales, es precisamente las cuentas corrientes en moneda extranjera que ofrecen los bancos, que principalmente son en dólares. Es algo similar a tener el dinero “bajo el colchón”, ya que es más fácil y rápido moverlo en comparación a la plata que está invertida, y se pueden realizar transferencias al extranjero."


Este proceso se intensificará si la guerra aumenta las preocupaciones por defenderse de la inflación a través de las tenencias de dinero en moneda más dura (el dólar sigue ganando terreno, por ejemplo, frente al Euro, y no se diga frente al Rublo, cuyos niveles ya casi están a la par con 1.1 dólares por Euro -un valor histórico- y con un rublo que es la moneda más devaluada frente al dólar en el mundo durante la semana pasada).


Ya en Mayo de 2021, se observaba que "Según cifras que consolida la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), desde que hay registro en 2011 el número de cuentas no suele marcar alzas porcentuales de dos dígitos, pero ahora eso ha ocurrido todos los meses desde diciembre de 2019, y cada vez con incrementos más grandes, llegando hasta un alza de 31% año contra año en febrero (última cifra disponible en la CMF) hasta las 73.094 cuentas de personas naturales."


Quizá valga la pena revisar una entrevista de hace 2 años, en la que se analizaba este proceso, que sigue complicándose, más aún en el periodo de guerra que viene desarrollándose y lleva a la pregunta con la que inicia este artículo: ¿Debe el gobierno pensar en dolarizar oficialmente Chile?


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