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DC: ULTRA, IZQUIERDA O DERECHA




Las encuestas publicadas en Chile durante el fin de semana reflejan una expectativa, que se resume en la decisión de la Democracia Cristiana: ha optado por llevar su caudal político hacia el grupo aliado al comunismo en lugar de ir hacia la derecha.


Esto ya había ocurrido antes:


"La Unidad Popular logró el triunfo electoral de Salvador Allende, candidato del PS en las elecciones presidenciales de septiembre de 1970 con el 36,61% de los votos contra Jorge Alessandri Rodríguez, candidato del Partido Nacional con el 35,25% de los votos y Radomiro Tomic, del Partido Demócrata Cristiano con el 15,43% de votos. Al no obtener ninguno de los candidatos la mayoría absoluta, el Congreso Pleno, vale decir, en sesión el senado y la cámara de diputados, debió efectuar la elección entre las dos primeras mayorías. Allende se aseguró la votación por medio de un acuerdo posterior con el Partido Demócrata Cristiano, sobre la base de una reforma a la Constitución de 1925, a través de un Pacto de Garantías Constitucionales [8].
Allende, asumió el cargo, el 3 de noviembre de 1970 hasta el 11 de septiembre de 1973".

La Democracia Cristiana, como partido, y sus políticos actuales, como parte de un sistema desprestigiado, olvidan al parecer, cinco elementos que son reales y no discursivos:


  1. Su tradición, tras la pérdida de la democracia en los 70s, ha sido lejana al comunismo.

  2. La gobernabilidad de la alianza que ofrece su acercamiento al Frente Amplio, el Socialismo, la Social-Democracia, y el Comunismo, es dudosa por lo anterior.

  3. Su argumentación de fondo es que el programa de Kast y lo Republicano es de "Ultra-Derecha".

  4. No se les ha escuchado mencionar hoy su histórica crítica a la "Ultra-Izquierda".

  5. El acercamiento de la UDI, como derecha (quizá no ultra, en función de lo avanzado por Joaquín Lavín) o los Independientes (como Sichel, ex Demócrata Cristiano), o de Renovación Nacional (cuyo Presidente de la República es hijo de un Demócrata Cristiano) parece haber sido obviado.


En función de lo analizado, posiblemente las dinámicas reales de los políticos y el partido demócrata cristiano, no estén reflejando las preocupaciones reales de los votantes democráticos y cristianos.


De hecho, quizá el aviso ya vino dado antes, por el partido socialista, que antes dijo "no se humilla al partido de Allende", cuando se les alejó (en las primarias):



El deseo de no ser engañados, más, quizá refleje lo que hoy por hoy, y poco a poco, deseen de fondo y decidan, de a poco, muchos votantes sociales y democráticos.


NO EXISTE LO ULTRA


El punto de fondo es que posiblemente durante las semanas que queden de campaña, muchos votantes sociales y cristianos, democráticos y republicanos, observen que lo patriótico será votar por la derecha, al no existir tal "ultra-derecha".


Si muchos votantes sociales, democráticos y cristianos, observan lo social que viene de la mano de lo demócrata de verdad, y lo cristiano de fondo, en el frente social-cristiano, y si en el camino se decanta una votación como se decantó en la primera vuelta, donde Kast partió de muy abajo y ganó la primera vuelta, posiblemente las encuestas pronto recuperen su votación e incorporen no solo el voto de la derecha y la centro derecha.


En ese camino, posiblemente la Democracia Cristiana, como partido, haya cometido una vez más un error político, al correrse políticamente hacia un lugar ajeno a lo cristiano y a lo democrático (el comunismo) -tanto en lo doctrinario, como en lo filosófico-.


La justificación sobre lo "ultra" de la derecha es falaz, a la luz de los hechos: Evópoli es todo menos "ultra", y ha dado su apoyo a Kast. La pregunta que cualquier votante racional se hará, en ese caso es: ¿qué argumentos reales tuvieron entonces en la DC para romper con lo doctrinario, lo filosófico, lo lógico, e incluso con lo ético de su historia y tradición?



Posiblemente, si llega a ganar Boric, y gobierna sin ellos y solo con el comunismo, y si la Convención Constituyente construye un poder ciudadano que no deje "títere con cabeza" y elimine la independencia de los poderes, destruya el banco central, consuma los ahorros de la población y el sector público, genere gasto excesivo, déficit fiscal, capture poder y expulse a la DC del mismo, genere corrupción y les lleve a observar que se perdió la democracia y lo cristiano en algo que ellos apoyaron; si todo eso ocurre, quizá la DC haya cometido uno de los peores errores de su historia.


Los políticos suelen ser como las encuestas: se equivocan por un tiempo, pero luego corrigen, en función de lo que realmente piensa la población.


Al momento, las encuestas están acomodando datos, con demasiadas personas sin haber tomado decisión, sobre todo en regiones donde la violencia realmente es un problema, y donde el derecho a la propiedad, y el control del poder de mercado, así como el control de la violencia son elementos que requieren acción fuerte y decidida.


Hay que tomar en cuenta, por lo demás, que viene la variante Omicron, la pandemia no ha pasado, el desempleo no se ha corregido por culpa de la recesión, así como el gasto público ya ha generado inflación. Dichas variables reales no se pueden cubrir con gasto estatal y deuda, empleo público, subsidios y bonos solamente, sino con producción real, con inversión, con estabilidad, crecimiento y calma.


El tipo de cambio, los tipos de interés, los precios, los niveles de riesgo país, los niveles de inversión, y las expectativas de crecimiento no son las mejores al momento y no parecen poder ser mejores en un escenario en el que una antiguamente estabilizadora Democracia Cristiana se suma a un programa económico acuoso, sin definiciones, sin fundamentos de fondo en lo político real, que está lleno de buenos economistas con buenas ideas, pero con demasiada ingenuidad academicista en torno a los reales peligros de caer presos de un régimen totalitario.


Varios países de América y del mundo ya pasaron por allí: creyeron que hacían las cosas por el bien, pero terminaron creando un remedio peor que la enfermedad. Por facilismo, por ir con la corriente, y por no fijar parámetros políticos que impidan la captura del poder por parte de procesos naturales de la política en los cuales nadie es un demonio como persona, pero donde, como lo decía el propio Mao: "las revoluciones se comen a sus líderes, ó sus líderes se comen a sus revoluciones".


Lo verdaderamente ultra suele digerir políticos por almuerzo.


Posiblemente el contra-peso de la derecha está listo tras la primera vuelta, aunque se pierda la segunda vuelta. La Democracia Cristiana quedará pésimo si el proceso sigue el camino natural de una revolución en la cual la libertad quede maltrecha.


Si la derecha gana, en cambio, los contrapesos están también listos, incluida la presencia de la Democracia Cristiana. Eso es entendible, y claro, al ser eso lo real, la Democracia Cristiana está quedando mal, al sumarse a la falacia de que "la esperanza le gane al miedo".


Recordemos que el miedo permite sobrevivir; la esperanza, por el contrario, cuando no va junto a la fe y al amor deja de ser virtud y se vuelve en la peor trampa de toda persona natural y jurídica.


Que la expectativa sea racional y aquello supere a la esperanza como ingenuidad.



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Roberto Salazar
Roberto Salazar
Dec 14, 2021

https://youtu.be/NHUpV70hCWI

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