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COLOMBIA Y SU HISTORIA MILITAR

Hoy Colombia vive un capítulo más de su historia militar. La motivación de la guerra siempre está atada a lo económico, en el fondo, pero también a la historia política, y por supuesto, a la estructura social.

En Colombia, sus dinámicas locales, y sin ninguna duda, los factores geopolíticos que van apareciendo y gestándose, procesándose y concurriendo, han tenido atento al mundo, que mira hacia dicho querido país, en su forma institucional de converger hacia soluciones o problemas que se institucionalizan o se resuelven por las buenas o por las malas, por acuerdos o guerras.


Colombia, la antes "Gran Colombia" sabe de guerras. La que está viviendo en estos días tiene su antecedente en el estallido de Octubre analizado ya bajo un enfoque regional en un documento previo.


En dicho documento se topaban aspectos relativos a la guerra que vive la región y el planeta, también revisados en su momento en su respectivo análisis, mismo que aplica para lo que observamos con tristeza en la Colombia de las dos semanas pasadas.


Lo Militar como Forma de Separación de las Aguas


En Bogotá, pero sobre todo en Cali, es donde hoy se mezclan, como ya se mezclaron antes en Chile y Ecuador, fenómenos que deben separarse naturalmente, como el agua y el aceite, más temprano que tarde, según se apuntaba en un escrito publicado en CNN para la región en Octubre de 2019, y según ocurrió hace poco, con poco o algo más de intervención militar, quizá menor a la que se observa hoy por hoy en el país de Santander.


Así como en política universal contemporánea se habla de la "campaña permanente" como forma de mantener el poder para resolver los problemas de gobernanza que emergen, parecería que en Colombia se vive en "campaña militar" permanente en su historia republicana: desde la liberación en Carabobo, hasta las protestas que hoy remecen a Cali.



La Historia Militar Republicana en Colombia


Santander, el "hombre de las leyes" tuvo alianzas con los EEUU de Jefferson; sin embargo, como lo menciona Gothme (2008): "Al posesionarse el general Santander como Presidente de la República de la Nueva Granada, en octubre de 1832, la política exterior granadina se enmarcaba, respecto a algunos países vecinos, en una política nacionalista de neutralidad y aislacionismo. Frente a las pretensiones de la Pacificación española y los obstáculos que ésta recibía de las grandes potencias europeas, casi siempre a favor de la integridad granadina, la política de neutralidad o aislacionismo configuró el marco de actuación internacional del país por casi un siglo y en general por toda su historia republicana. Aunque hubo breves interrupciones acaecidas por gobiernos militaristas e intervencionistas, como el de Mosquera, y algunas expediciones militares contra Ecuador en el lapso de 20 de años para asegurarse su integridad territorial, el de la Nueva Granada hubo de ser un gobierno esencialmente legalista, es decir, basado en los preceptos básicos del Derecho de Gentes como principal instrumento para consolidar su política nacionalista de neutralidad y aislacionismo".



El Plan Colombia


Sin dicho concepto de aislacionismo, no se entiende, por ejemplo la Guerra desatada con el "Plan Colombia", mismo que así como es controversial por sus sombras, tuvo algunas luces como las rescatadas por el Banco Central (de la República) de Colombia (Documento de Trabajo 115) en la investigación de Barón (2009), que muestra cómo se redujo el nivel de homicidios en dicho periodo: "El homicidio en los tiempos del Plan Colombia: En el breve periodo comprendido entre el año 2000 y el 2006, la tasa de homicidios en Colombia se redujo cerca de 40 %. Mientras en 2000, cerca de 28.000 personas fueron víctimas de homicidio; en 2006, esta cifra se redujo a cerca de 18.000 casos. Esta sustancial reducción del homicidio en el país coincidió con la implementación del Plan Colombia (estrategia principalmente enfocada a la destrucción de cultivos ilícitos)".


La Violencia, lo Militar y la Protección de la Vida


El documento de Barón investiga qué grupos demográficos y geográficos fueron los más favorecidos con la reducción del homicidio y la protección de la vida en el periodo: "Usando información de Estadísticas Vitales, se muestra que la caída del homicidio durante el Plan Colombia fue un fenómeno generalizado por edad, género y departamento. Todos los departamentos reportaron reducciones de los homicidios, a excepción de Atlántico, Meta y Nariño donde el homicidio se incrementó".


Adicionalmente, Barón encontró que "la reducción en los homicidios de jóvenes entre 15 y 29 años contribuyó con más del 50% de la cáıda nacional del número de homicidios. A nivel departamental, la disminución del homicidio en Antioquia contribuyó con cerca del 50% de la reducción del número de homicidios a nivel nacional."


No sorprendería, entonces, que al igual que ha pasado en Ecuador hace poco, en el cual el vendabal de Octubre de 2019 terminó con una acción militar fuerte y cuestionada, que concluyó con un retorno de la derecha al poder, al quedar las mayorías agotadas de la violencia y la destrucción de la capital, resulte que en Colombia, la defensa nacional, la política tradicional, y la situación de las últimas décadas, culmine en un fortalecimiento aún mayor de la derecha, dándose en Colombia y Cali, no solo Bogotá, aquello que ya ocurrió en Madrid.

Colombia y Alianza del Pacífico como Eje Militar


La Revista Científica "José María Córdova" y su Escuela de Cadetes (2018) publicaban respecto a la "Seguridad en la Alianza del Pacífico", y preguntaban si podría aquella ser ¿una plataforma para el Estado colombiano?


En el resumen del artículo se mencionaba lo siguiente:


"La Alianza del Pacífico surge como una iniciativa de integración económica. Se espera que se obtenga un PIB combinado de más de 2 billones de dólares, que estaría entre los diez más grandes de la economía mundial. Esta integración ofrece una oportunidad importante para nuevos posicionamientos de sus integrantes. Con el acuerdo, Colombia aspira a un posicionamiento como líder regional en materia de seguridad, a través de propuestas de acciones integrales ante las nuevas amenazas, particularmente, el narcotráfico. El objetivo de este artículo es examinar las posibilidades que tendría Colombia para cumplir con dicho posicionamiento. Con este fin, se estudiarán las premisas del realismo estructural que sostienen que la Alianza del Pacífico es una oportunidad para que Colombia supere el rezago en materia de integración y para que conforme alianzas estratégicas con otros actores internacionales en aras a coadyuvar no solo a la seguridad de los miembros de la Alianza, sino de la región."

Quizá, por ello, el país de la Alianza del Pacífico en el cual se pueda dar con más fuerza un fortalecimiento de la derecha sea Colombia, contrario a lo que promueven analistas que miran el proceso desde la izquierda.


Para que aquello ocurra, posiblemente la mejor medida de las cosas, más que la violencia, sea una mixtura cooperativa entre Colombia, bajo Diplomacia Hexagonal, con Ecuador y Chile, donde la fuerza y la razón controlaron la situación, bajo una lógica democrática y cristiana, capaz de separar las aguas entre lo social y democrático vs lo violento y lo anti-social, creando acuerdos institucionales basados en el diálogo, según se observa ya en todo el eje Pacífico de Sudamérica.


Por ahora, al igual que se muestra en toda la historia militar de Colombia, la fuerza ha dominado. Es por lo militar que han convergido a la mesa los partidos tradicionales, fortalecidos por una población tradicionalmente conservadora que se volverá más conservadora en tiempos de pandemia, pues no quiere ver muerte, violencia, ni destrucción.

Expectativas


La expectativa en Colombia, como lo fue en Ecuador, será la de una población que se unirá frente al caos, y castigará democráticamente y en las urnas, a todo aquél que levante la bandera de apoyo a la calle en modo de revolución de lucha de clases, sobre todo en tiempos en los cuales la propuesta que está funcionando en el Pacífico es la de cooperación de clases:


América Latina podría jugar un rol poderoso en el mundo si mirara hacia sus comunidades propias en lugar de mirar hacia países que en su momento comenzaron a hacer negocios entre empresarios y comunidades hasta construir imperios. Roma, París, Londres, Nueva York, Berlín, Tokio, Pekín, o Seúl, son ejemplos de construcciones de economía política clásica, vaticana, liberal social, liberal económica, comercial, filosófica, tecnológica, comunista o capitalista, que han tenido éxito por representar una identidad. El poder radica en la identidad. (Salazar, 2021)


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