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Foto del escritorROBERTO SALAZAR CORDOVA

COLOMBIA Y SU FUTURO EN LA OECD


COLOMBIA Y LA OECD


Colombia se convirtió oficialmente en el 37º miembro de la Organización el 28 de abril de 2020, concluyendo con éxito un proceso de adhesión que comenzó en 2013.


Los países miembros de la OCDE invitaron oficialmente a Colombia a adherirse a la Organización en mayo de 2018, tras un proceso de adhesión de cinco años durante el cual se sometió a exámenes a fondo por parte de 23 comités de la OCDE e introdujo importantes reformas para ajustar su legislación, sus políticas y sus prácticas a las normas de la OCDE, en particular en lo que respecta a las cuestiones laborales, la reforma de su sistema judicial, la gestión empresarial de las empresas estatales, la lucha contra el soborno, el comercio, así como el establecimiento de una política nacional sobre los productos químicos industriales y la gestión de los desechos.


OECD, INVERSION Y PYMES EN COLOMBIA Y AMERICA LATINA


Más allá de todo lo antedicho, en lo político, social y cultural, una de las principales razones que tienen los países y sus gobiernos para pertenecer a la OECD es la ventana que esta última puede abrir en materia de oportunidades de mercado para las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) de cada país.


Con el fin de lograr una mejor comprensión de los desafíos que enfrentan las PYMES de América Latina y el Caribe y desarrollar políticas más específicas, el Programa Regional ALC de la OCDE (OECD en Inglés) se asoció con CAF -Banco de Desarrollo de América Latina- y SELA (Sistema Económico de América Latina y el Caribe) para adaptar la metodología del Índice de Políticas para PYMES de la OCDE (SMEPI) a la región de ALC por primera vez durante 2016-2019.


El SMEPI es una herramienta analítica desarrollada por la OCDE, en cooperación con socios internacionales, para mapear las políticas y programas de las PYME y evaluar la alineación con las buenas prácticas a lo largo del tiempo. El Índice fue desarrollado para su aplicación en economías emergentes dentro del contexto de los programas de Relaciones Globales de la Organización. Desde su primera aplicación en 2007, se ha utilizado en el estudio de 32 economías y cuatro regiones del mundo.


La primera aplicación de la metodología en América Latina (del Índice) tomó no solo a países OECD, sino que miró en la región de ALC cubriendo los cuatro países miembros de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México, Perú) y tres países sudamericanos participantes como invitados al estudio (Argentina, Ecuador, Uruguay).


Dividido en siete dimensiones de política, el informe que se produjo evaluó las fortalezas y debilidades que existen en diferentes áreas del diseño, la implementación, el seguimiento y la evaluación de políticas para las PYME, y brindó orientación a los responsables de la formulación de políticas para identificar áreas de políticas para futuras reformas de acuerdo con las buenas prácticas internacionales.


En lo principal: la institucionalidad, este es el mapa al ir de 1 (mínimo) a 5 (máximo):


Según la OECD (Organización para la Cooperación Económica para el Desarrollo), Colombia había salido del "amarillismo" de los invitados (Perú, Ecuador, Argentina y Uruguay) y estaba "empatado" con Chile, quedando superado por México, país que merced a sus tratados y vecindad con EEUU (su Tratado junto a EEUU y Canadá lo coloca en otras "ligas") estaba en el top y máximo del ranking, pese a sus problemas con lo narco, con la izquierda o la derecha, y otros temas muy del México actual y futuro.


COLOMBIA Y SUS ELECCIONES


Ayer se confirmó que habrá segunda vuelta electoral en Colombia, el segundo país de América del Sur en pertenecer a la OECD después de Chile.


Siendo importantísimo, por todo lo visto anteriormente, a la "gente de a pie" no le importa mucho esto de la OECD en general.


Eso lo demuestra el caso de Chile, que siendo el segundo país Latino-Americano en pertenecer a la OECD, después de México, ha optado por desarrollar un proceso de refundación constitucional que puede alejarlo de dicho espacio, según han indicado recientemente las agencias calificadoras de riesgo (ver imagen con reporte Fitch sobre Chile en su proceso actual):



Lo de Colombia y Chile puede ser algo como lo que pasó en Ecuador: un país que dejó atrás su progreso en los mercados financieros internacionales cuando por virtud de su propio proceso constituyente del siglo 21, rompió su participación junto a Colombia y Perú en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.



EL CAMINO QUE DEJA ATRAS ECUADOR MIENTRAS LO ASUMEN COLOMBIA Y CHILE


Los países eligen, como los cursos de un colegio, los líderes que sus mayorías prefieren: el populismo latino-americano, visto desde la vitrina de la OECD (como un club de países con cierto nivel de institucionalidad, orden y riqueza), no ha sido muy prolífico en generar desarrollo.


A los Latino-Americanos nos encanta la música protesta, la nueva canción, el discurso social, y las ganas de distribuir lo ajeno a través de un estado que es corrupto pero es de todos (y aunque no sea de nadie, no es -al parecer- de los otros, los malos: los ordenados, los buenos alumnos, los "cargosos", los que no van a la fiesta ni al relajo con nosotros los "libres" latino-americanos de siempre). Nos gusta, digámoslo en sencillo, asumir "riesgos" en cada país; nos gusta el "riesgo país":


La pandemia generó dinámicas de subida y bajada de riesgos según los países asumieran más o menos compromisos fiscales, en función de sus condiciones nacionales. Argentina y Ecuador controlaron la situación de riesgo reduciendo 36 y 30 puntos sus índices, mientras México subió 26 y Colombia 14.


Las "histéresis" económicas suelen llevar a procesos de gasto y elección populista asociada. Ecuador redujo en los últimos años su riesgo de manera importante, sin embargo, lleva un retraso aún más importante: La OECD parece lejana hoy para Ecuador, que ha postulado después de su fiestón de 10 años +5 de "yapa" en el cual se trató de volver a los tratados con EEUU, se trató de entrar a la OECD ("a la fila..."), y se ha comenzado a tratar de recuperar el tiempo perdido frente a Colombia y Perú, y claro, frente a Chile, que hoy se empeñan en seguir el camino que ya probó Ecuador, porque al parecer quieren su propia "fiesta", esa "a lo Chayanne": "por que hoy es fiesta, en América"...


COLOMBIA Y ¿"SU TURNO"?


Colombia es la noticia del día en esa secuencia. Las elecciones de ayer las ganó Petro... ¡Petro!.


Para un análisis estratégico del voto, se recomienda mirar el siguiente link (1).


Hay mucha gente feliz y triste por su primer lugar (ellos esperaban ganar en primera vuelta), y otros, con ánimo de perdedores-ganadores festejan el segundo lugar de un Rodolfo Hernández populista "anti-corrupción" al cual aferrarse desde el centro, la derecha, y la izquierda ideológica no guerrillera ni petrista. La tienen (la tenemos, diríamos como América Latina no petrista) muy, pero muy difícil, en Colombia, los liberales, tras el tercer lugar de "Fico" con solo 24% de los votos.


LA AGENDA FRACASADA DE LA DERECHA


La gente no quiere OECD: quiere su Colombia, como antes la gente no quiso EEUU sino su Ecuador, o como no quiere Sanhattan: quiere su Santiago, incluso un Santiago Mapuche, según muchos han dicho desde el Sur hacia su capital, como lo decían antes los indígenas ecuatorianos hacia Quito, con el anhelo de conquistar lo que tuvieron antes de España, en los 1400, o antes, sus tatara, tatara, tatara, abuelos: una fiesta bajo reglas que nadie puede comprender en medio del mestizaje, ni de la inversión, ni de los mercados, ni de las mismas comunidades, ni de las religiones, ni de las hoy en boga nacionalidades y pueblos, naciones y territorios, autonomías y circunscripciones.


Solo 1 de cada 4 o de cada 5 latinoamericanos quiere votar por la derecha, y con eso no alcanza. La alianza con el populismo se ha vuelto mandatoria por décadas. Lo mismo le pasaba a la izquierda, que hizo dicha alianza antes y se hizo protagonista política con su "socialismo (populismo) del siglo 21".


Quizá la gente, más que OECD como club de países ricos, quiere independencia en su pequeñísimo metro cuadrado de poder, y es allí donde la elección de Colombia, Chile, la local de Ecuador, la cercana de Argentina, y otras, se jugarán en los próximos años.


Para la derecha, este futuro suena como una gran "reforma agraria" (en la política) que terminará en minifundios (políticos) improductivos (ingobernables) e incapaces de exportar. (reelegir). Suena el futuro como a una gran reforma constitucional que termina en mini parcelas de poder ingobernables e incapaces de abastecer.


El dilema para la Derecha es lograr cohesionar los países, en mundos electorales latinos (y globales) donde es más difícil juntar que particionar.



DEJAR ATRAS LAS DERECHAS Y LAS IZQUIERDAS Y APUNTAR A LO REAL GLOBAL


Lograr armonizar y alinear los organismos internacionales es más difícil que crearlos. Por ello, la realidad se va imponiendo sobre las grandes utopías, incluidas las de los grandes organismos.


El fracaso de la UNASUR estaba cantado por aquello. Lo mismo pasó con el Pacto Andino. Lo mismo le ocurre al ALBA y lo mismo le está pasando a la Alianza del Pacífico. Al final, los bloques regionales se desgranan en manos de las autonomías locales y los cacicazgos provinciales, si no cantonales, e incluso parroquiales o comunales, que son la unidad básica de la gobernanza para la economía y la sociedad en materia política.


En Colombia, invertir así parecería imposible, bajo la vieja escuela; sin embargo, hay que pensar que hoy todo se juega en el espacio virtual, donde incluso la comunidad está en riesgo, y donde los liderazgos son reemplazados por algoritmos que tienen inteligencia artificial y nos indican las grandes tendencias y nos masifican sin partidos, sino con mercados, bienes, servicios, modas, tendencias, influencias y máquinas robóticas de hacer dinero en cualquier parte del planeta con cualquier persona del planeta.


PARA INVERTIR EN COLOMBIA: OJALA NO GANE PETRO, Y SI GANA: ¿QUE HACER?


En ese sentido, posiblemente la dirección que tome Colombia (y sus políticas públicas) termine debatiéndose en un campo real (hexagonal), en el cual su estado no pueda ofrecer nada nuevo por sí y ante sí, ni su mercado pueda competir tampoco (por sí y ante sí) contra inversores renovados. Sobrevivirán los que estén atados a la tecnología como el nuevo normal y al mundo como su aldea global, bajo acuerdos múltiples de alianzas en comunidades de negocios y de empresas guardianas de la vida (para llevar la fiesta en paz).


Sin negocios guardianes de la vida en Colombia, trabajados en Red (*), será muy complejo invertir.


Bajo Cross-Sector Partnerships, la OECD quizá no se pierda en Colombia, como tampoco se pierda en Chile, y quizá sea algo a lo que acceda Ecuador, como hizo Costa Rica, debido a que en la práctica, la economía, bajo alianzas que la defiendan, seguirá reinando por sobre la política. Gracias a ello, la sociedad global seguirá comunicándose por las redes sociales por sobre las juntas de vecinos: la pantalla personal le ganará al bar de esquina en términos de la toma de decisiones importantes, dejando a la familia, el vecindario, el barrio, la ciudad, el país y el organismo regional y global como un espacio de viaje y ocio, de salida y turismo, de disfrute y nada más.


Quizá, lo que más importe en todo esto, al final de la gran "fiestoca" sea el afiliarse a la OTAN, o el negociar con APEC por las grandes votaciones que se impondrán en grandísimos acuerdos geo-políticos relevantes para los cañones y la mantequilla, y lo demás, vendrá por añadidura.


Quizá el pueblo, sabiamente, sepa eso, y vote displiscentemente por quien más le "endulce la orejita": le ofrezca más bonos, le adule más politiqueramente, y le suene más simpático porque -a la larga, como en el caso de Zelensky- quizá al final de cuentas, le toque a su elegido "pasar de comediante a gobernante", y no solo eso, sino de gobernante a defensor a ultranza, tomador de las armas y abandonador del diálogo para la toma de la fuerza armada en beneficio de la paz y el orden (y si no, que lo diga la Ministra Siches en el Chile de estas semanas).


DEJAR EL DIÁLOGO PARA ASUMIR LA MEDIACIÓN Y LA NEGOCIACIÓN


Quizá en esas circunstancias sea que Colombia ha elegido un guerrillero para ser el "pole position" ayer. Ya vendrán los debates y los embates de las racionalidades que no harán nada de provecho en campaña frente a las veleidades.


Ya vendrán las realidades que no harán nada en gobierno frente a las mismas veleidades.


Ya vendrán las vueltas de carnero del guerrillero, como le pasó antes a Allan García, que no harán nada en diálogo contra los tiros de los huesos firmes que están debajo de las carnes de las veleidades.


Lo triste de todo esto es la violencia que se engendra, y el tiempo y las vidas que se pierden. Lo triste es que el pragmatismo de los intereses tarda en asumirse si no se tiene herramientas aceleradoras del mero diálogo que lo lleven a la necesaria pero insuficiente mediación, y lo conduzcan a la sana negociación: transparente y en crítica cooperación para el desarrollo (como cosa de patriotismo sin discusión).


A VOTAR POR LA DERECHA Y EL CENTRO Y MINIMIZAR LA DISTANCIA


En términos patrióticos, veamos si Colombia elige en pocas semanas su futuro en la veleidad o en la institucionalidad. Si elige lo segundo, quizá se mantenga en la OECD; si no, "el riesgo será que nadie se quiera quedar" (en Colombia) como está pasando en mucho, y con pena, en el otro Sudamericano de la OECD, llamado Chile (*).


Esperemos que a Colombia le vaya bien y no elija a Petro, y si lo elige, ya saben bien los hermanos colombianos, como lo saben hoy los Chilenos, que siempre estará el Ecuador dolarizado con los brazos abiertos para recibir sus capitales y sus talentos en paz, en la siempre vieja y hoy renovada (y en proceso) "Isla de Paz".



(*) RED SANTA CRUZ (INVERSORES DE IMPACTO) https://www.adnplus.co.uk/plans-pricing


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