Carta Abierta a Joaquín Lavín, Alcalde de Las Condes
POR EL BUEN #RECHAZO: ILUSTRADO Y SOLIDARIO
Don Joaquín,
Yo vivía en Las Condes. Lo he seguido con mucha atención desde que vine a estudiar en mi Chile del alma. Me tiene sorprendido con su posición en favor del Apruebo.
Yo lo ví, a fines de los 90s, los buenos años, “bailando” Cueca un Septiembre en el Parque Araucano. Mi hija chilena había nacido hace poco y disfrutábamos sus primeras fiestas patrias en su país que por adopción también es mío y de mi familia.
Sí. Soy un migrante Don Joaquín. Colega suyo. Co-Ideario, pensaba yo. De derecha. Liberal. Elegí estudiar mi post-grado en Chile a mediados de los 90s, cuando Chile no estaba en el mapa internacional de los estudiantes.
En esa época nos ofrecieron un programa de Postgrado en Economía de Georgetown University que se cursaba en ILADES en Chile, el Chile de entonces, que entraba en la Democracia, tras 4 años de la entrega del poder. En esos tiempos en los que “Nueva Providencia” todavía se llamaba “11 de Septiembre”. En esas épocas en las que uno tomaba, como yo, con anhelo, una micro amarilla que decía “San Bernardo – Las Condes” y ese mudarse de barrio implicaba un sueño similar al mudarse desde Ecuador hacia Chile.
Vine, aprendí, estudié, me enamoré de Las Condes, de Santiago, de Chile. Con orgullo siempre estuve dispuesto a defender -globalmente- el proceso Chileno. El de las AFPs, el de las ISAPRES, el de los Vouchers. Sin recelos. Sin miedos. Si uno es de Derechas, es de Derechas. A nadie se le quita los derechos. A nadie le quitamos sus derechos.
Me gustaba y me identificaba con Usted porque era Opus Dei. Porque como yo, que en cambio estudié toda la vida con los Jesuitas, éramos católicos, o lo somos. Quizá en mi caso, mi escuela original es un poquito más progresista, como es la de ellos o bastante más diríamos, desde la lógica de la Doctrina Social de la Iglesia, encarnada en San Alberto Hurtado.
Pero nunca he renegado de la vía hacia el desarrollo centrada en el mercado, la disciplina (quizá porque soy más marcial), la libertad, y sobre todo la paz de saber que uno, acá, tiene posibilidades de tener voz y voto, no solo voto… todavía!
No me puedo imaginar qué diría, en una década o dos más, el Jesuita Universal, si llegamos a vernos como se vio Argentina en tiempos en los que nuestro Papa Jesuita tuvo que mirar y ayudar en forma controvertida, con el mismo amor, a la larga, con la que actuó quien le dio a Chile la medalla de parecerse y ser, para mí, un verdadero país Católico, con su pregunta y sobre todo con su ejemplo y su camioneta verde.
¿Qué diríamos, cuando se sepa que perdemos la libertad y la dignidad, por líderes católicos como Usted, que se la juegan y están en favor del Apruebo?
Yo Rechazo. Quisiera que Usted lea mis razones. No son de odio. Son de amor.
No son las de un migrante ignorante. Son las de alguien que ama y entiende Chile.
No tengo dinero, ni soy de la élite. Soy solo un técnico. Pero sobre todo, mis palabras son las de alguien que ha vivido las consecuencias del Socialismo del Siglo XXI en carne propia.
Que se fue feliz de Chile a servir a su país como lo ha servido Usted al suyo, al nuestro.
Pero claro, nunca hicimos lo que debíamos, estando en la política: ser firmes. Ser firmes!
Yo dialogaba. Yo construía. Yo me acercaba al fuego. Jugaba con fuego. En el fondo, era medio cuasi-populistón. Me gustaba pensar que podía acercarme a los votos que no eran míos (de la derecha) acercándome a la izquierda. Y ojo, no me malentienda, no digo que Usted lo haga. Tampoco digo que yo lo haya hecho ya en la práctica.
Pero para mí era natural pensar en la solidaridad y desde allí siempre he conversado bien con la izquierda, pues eso es lo que es la Doctrina Social de la Iglesia. Nuestra Iglesia.
Acercarse. Servir. Con amor. Con solidaridad. Sin juzgar. Desde donde uno esté. En lo social. En lo económico. En lo político. En lo administrativo.
Yo jugaba con fuego. Sobreviví por muchos años, pero no logré nunca entender, de inicio, los peligros que se cernían sobre mi Ecuador, cuando entramos en la dinámica de la nueva constitución del 2008.
Sí, esa de un Correa PhD en Economía, que luego de más de una década de ganar todas las elecciones, hoy tienta tratar de ser Vice-Presidente como lo ha hecho Cristina Fernández en Argentina. Aliado, como es, o aliados, como son, de Maduro y Chávez.
Sí, de ellos, que han expulsado a tantos venezolanos como los que uno ve en las filas interminables de Extranjería, cuando debe ir a renovar el RUT.
Mi RUT empieza con 14 millones. Es antiguo. Eran otros los tiempos de los 90s, cuando uno no hacía fila y conversaba con la PDI amenamente sobre la pregunta de rigor: ¿Y por qué se vino a Chile, Economista, si a Chile no viene nadie!?
Usted me comprende. Usted sabe que las votaciones se hacen con los pies. La gente migra, y ese es el mejor indicador, real, humano. Doloroso.
¿Hay que conversar con la élite? Claro! ¿Quién mejor que Usted para hacerlo? No juguemos con fuego! Se lo digo con el aliento contenido, casi como una súplica de alguien que ama Chile de verdad.
Las constituciones de Venezuela, con una especie de librito rojo, a lo Mao, de Chávez, o del “Patria, Tierra Sagrada” de Rafael, a quien conozco personalmente, y con quien conversé mil y una veces, y hasta le escribí cartas abiertas, pero nunca escuchó, son canales para que luego entren en juego intereses ajenos a los de la población general.
Las notas de prensa globales y la historia son testigos mudos de lo que uno no debe callar en el Chile de hoy; son testigos de lo que uno debe decir abierta, directa y sinceramente a los líderes, cuando tiene la oportunidad y en el momento preciso. No después.
Hoy se ha abierto el periodo de campaña por el Rechazo. De la otra opción no me preocupo. Me preocupo de Usted, que debe estar del lado nuestro. De los del Rechazo.
Se lo digo como economista experto en economía de la política. Posiblemente su posición actual le haga perder su base de votos en la derecha, y no llegue a ser presidente. Juegue estratégicamente, como político, y alíneese con lo que el pueblo quiere.
Mire este estudio, por favor:
Quienes creen que hacer una “Convergencia” es “Excelente” son mayoritariamente personas de izquierda. Nosotros nos desayunamos tarde, desde la derecha ecuatoriana, de que era todo un caballo de troya. Acá muchos lo dicen. Yo se lo digo con conocimiento de causa.
Tuve que retornar a Chile casi en calidad de exiliado, con un daño moral enorme, en medio de un proceso que luego ha quedado saneado por un país fuerte como mi Ecuador, que ha logrado levantarse y espera poder levantarse definitivamente del daño recibido.
Yo me vine de vuelta a mi Chile para trabajar globalmente, luego de que ya no se podía hacer empresarial y socialmente más, pues económicamente, al terminarse los recursos del Boom del Petróleo, las personas del gobierno anterior de mi país, con su constitución y sus leyes, comenzaron a hacer añicos de quienes no eran como ellos. De nada valieron los diálogos. De nada.
Usted me dirá que Chile no es Ecuador. Por supuesto que no lo es.
Nosotros hicimos que Ecuador crezca al 8% en un momento, y ahora no crecemos, como no crece Chile. En Ecuador redujimos en un año más pobreza que todo lo que se redujo en tiempos de Rafael Correa. Esa es la verdad.
Mire este gráfico, por favor:
Me he podido rehacer junto a mi familia en estos tres años, en los que he vuelto a un Chile diferente. Siempre venía, cada año, desde el 98, en que volví a trabajar en la Presidencia de Ecuador. Valoré siempre mi RUT y mi Residencia Definitiva. Siempre he estado, al menos una vez al año acá. Me vine para acá hace 3 años, y he visto cómo todo se ha ido deteriorando.
Mire, por favor, este artículo que escribí para CNN sobre Chile, luego de Octubre de 2019:
Le pido, le insto, como colega, como católico, como latino-americano, como patriotas, que se sume al comando del #Rechazo. Usted es una persona Ilustrada y solidaria. Yo no lo soy. Yo solo soy alguien que de vez en cuando puede escribir algo desde el corazón.
Súmese.
Le dejo este video, por si quiere escuchar todo mi testimonio.
Un saludo respetuoso,
Roberto Salazar
Ps: En Ecuador nos salvó de Correa la dolarización que hicimos en el 2000 con un Presidente estudiado en Harvard y formado por los Jesuitas; un Demócrata-Cristiano. Eso nos ha salvado de no ser Venezuela. En serio. Chile, mi Chile, el Suyo. El nuestro. Chilito bello, no tiene dolarización. Tal como cayó Venezuela, Chile puede caer a través del control político de su propia moneda, en un vacío que no es justo. No necesitaremos leer la Constitución que saldrá para decirle esto. Rechacemos, primero; luego reformamos lo que se necesite. Y ojo: claro que se lo necesita!
Súmese. Diga, conmigo, por favor, Alcalde: #YoRechazo
Roberto F. Salazar Córdova
RUT 14.604.160-4
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